Una vez más, el implacable avance del islam en el Reino Unido viene forzado por británicos nativos en el poder, abandonados a una desbocada cadena de concesiones hacia los musulmanes cuyos eslabones legislativos y cotidianos van tomando el rango de abiertos privilegios, no ya respecto al resto de comunidades y religiones, sino en relación al conjunto de los británicos ‘nativos’ que, cada vez más, se sienten ‘invitados’ -además, no queridos- en su propio país. “No hay duda sobre ello. La BBC permitirá ‘gags’ sobre párrocos, pero no los permitirá sobre imanes. Ellos pueden intentar hacer ver que se trata, ya sabes, de algo que tiene que ver con las sensibilidades morales (de los musulmanes), pero no es así. Es porque están asustados. Conozco a esa gente”, declaraba Ben Elton, el humorista que primero denunció cómo la cadena televisiva le había sacado de su guión cualquier broma sobre la comunidad islámica. No es Arabia Saudí. No es Irán. Ni tampoco la Edad Media. Es el Reino Unido y es el siglo XXI, y es una de las cunas absolutas del Occidente de la libertad. O lo era. En todo caso, lo fue.
Un Jesucristo 'gay' en la BBC
“No hay ninguna razón para que cualquier religión sea inmune a la discusión, pero no quiero decir que todas las religiones son lo mismo; creo que ser una minoría pone un punto de vista ligeramente diferente en ello”, afirmaba el director general de la BBC durante una conferencia. Desde los medios se recuerda cómo la corporación británica acaba de emitir una comedia del presentador estadounidense de programas basura, Jerry Springer, que mostraba como uno de los personajes a Jesucristo, caracterizado precisamente como el conductor de un ‘talk show’ que admite ser “un poco gay”. Thompson justificaba la discriminación positiva respecto a las “minorías” en, precisamente, lo que no ha pasado con el espacio de Springer, puesto que, “hasta ahora, no ha surgido ningún problema político (por ese programa) en términos de cólera o emoción”. A pesar de que el cristianismo es sometido a todo tipo de broma y escarnio -sin que aparezca “cólera o emoción” en sus seguidores-, Thompson se declaraba a sí mismo como un devoto católico. Tanto que admitía no haber visto nunca ‘La vida de Brian’. “He tomado la decisión personal de no ver casi nunca programas que caractericen a Jesús. Soy muy sensible sobre las caracterizaciones de los evangelios”, confesaba.
Muy distinta de la de los intocables hindúes que se refugian en el igualitarismo cristiano en medio de las masacres hinduistas contra los conversos (ND), este tipo de discriminaciones respecto a los musulmanes abre el camino a una nueva casta de ‘intocables’ en Europa, pero esta vez, en la cima de la pirámide y no en sus cuevas. Sobre ella, el medio de comunicación tradicionalmente estudiado y admirado como paradigma de la libertad de expresión e información ha renunciado de forma explícita a tratar en un entorno irónico a la comunidad islámica. Con los musulmanes, ni una broma, se advierte en la BBC. Hay precisamente algunos musulmanes que se encuentran muy preocupados por las consecuencias que pueda tener para el país este carácter de intocable que los gobernantes están concediendo a la comunidad islámica, descrito en los foros como un respeto bastardo ganado a base de masacres y amenazas. Cuando el Reino Unido acaba de conceder rango legal para las sentencias de algunos casos civiles -y criminales- juzgados en tribunales islámicos (ND), es precisamente un musulmán como el nuevo máximo responsable para las relaciones entre las comunidades, Sadiq Khan -el mismo que recientemente renegaba del "victimismo" de sus hermanos de fe (ND)-, quien se ha mostrado alarmado él mismo por el hecho de que la comunidad islámica británica no está suficientemente “avanzada” para obtener su propio sistema legal.
Musulmán en el gobierno: 'Mejor la ley judía que la musulmana'
Con algunas organizaciones musulmanas saliendo en defensa de la celebración de la navidad en el Reino Unido y defendiéndola de los furibundos ataques multiculturalistas de los 'think-tank' del 'progresismo' laborista (ND), y mientras el máximo responsable judicial británico, Lord Philips, y el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, se manifiestan como firmes partidarios de la sharia para que la comunidad islámica solucione varias categorías de litigios (ND), un musulmán como Sadiq Khan ve con espanto las consecuencias que, para las propias mujeres musulmanas, por ejemplo, puede tener el hecho de que sus conflictos personales y domésticos sean juzgados por hombres al abrigo de las normas tradicionales islámicas. De hecho, Khan comparaba desfavorablemente los tribunales islámicos respecto a los ‘din’, los tribunales judíos que también resuelven algunas disputas entre la comunidad de esa religión, aunque sin el rango legal que le otorgó el gobierno británico. “He visto buenos ejemplos de tribunales judíos”, decía Khan. “Yo estaría muy preocupado sobre los tribunales islámicos juzgando en el Reino Unido. No creo que tengan el nivel de sofisticación que hay en la ley judía. La ley judía tiene una larga historia. No tiene las mismas áreas de interés que la sharia. En algún momento en el futuro, no descarto la posibilidad de que la diáspora musulmana en este país esté suficientemente avanzada. Pero ahora no es el momento adecuado”.
Con muchos y significativos musulmanes alarmados ante las concesiones del gobierno laborista hacia su propia comunidad, ni por un día cesan las apresuradas retiradas de cualquier referencia al islam que haya podido escapar de la autocensura. Por ejemplo, durante estos días, Sony ha realizado una retirada mundial de miles y miles de copias de un nuevo videojuego que 'simplemente' citaba dos versículos del Corán, sin ironías ni mofas. Las abrumadas "disculpas" de la multinacional por las posibles "ofensas" que se hayan podido causar refleja bien a las claras el pánico en el que ha caído el mundo occidental respecto a la, sin embargo, minoritaria comunidad islámica en su territorio. Es en este contexto en el que miles de ciudadanos se preguntan por las razones que llevan a que amplios sectores europeos hayan decidido reforzar el carácter de los musulmanes en Europa desde 'casta intocable' a 'casta con poder político' sobre la sociedad europea general.
Un alcalde musulmán en Rotterdam y una mezquita en Berlín Oriental
El consejo municipal de Rotterdam, controlado por los laboristas, acaba de elegir a un marroquí musulmán como nuevo alcalde de la ciudad, "algo tan ridículo como nombrar a un holandés como alcalde de La Meca", en opinión de Geert Wilders. En Rusia, en Chechenia, se acaba de inaugurar la mezquita más grande de Europa(foto), una mostruosa construcción con cuatro minaretes de 62 metros de altura cada uno y una superficie total de 14 hectáreas. Y, en Berlín Oriental, también acaba de abrir la primera mezquita en territorio de la antigua Alemania comunista, una mezquita muy “especial”, según sus promotores, por estar donde está, y no sólo por la alta cúpula dorada y el minarete que presiden, identificándolo con sus símbolos más polémicos, el edificio. Los vecinos declaran a la prensa que, mientras ellos ya van a vivir bajo un minarete, en Turquía no se permite la construcción de iglesias. Mucho peor todavía, en tierras musulmanas, miles y miles de cristianos continúan huyen de Irak ante las masacres y las amenazas de grupos islámicos que denominan “terroristas”. Y ello, en medio del silencio o la complacencia de quienes callan y se complacen de cómo y con qué insólita rapidez van avanzando las cosas.
Fuente: NuevoDigital.com
Autor: Javier Monjas
Montaje: Menesez Filipov
Fotografia: Mezquita de Grozny
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