lunes, 17 de agosto de 2009

Cristianos paquistaníes, el pueblo crucificado

Las paredes con burbujas negras en la recámara de la familia Hameed hablan de un crimen indescriptible. Siete miembros murieron el sábado, seis de ellos quemados, sólo por ser cristianos.

La familia se había apiñado en la recámara, hablaba en susurros, con la espalda presionada contra la puerta, mientras una turba los insultaba.

"Decían: 'Si salen, los matamos''', dijo Ikhlaq Hameed, de 22 años, quien escapó. Entre los muertos hay dos niños, Musa, de seis años, y Umaya, de 13.

El ataque en esta ciudad pobre del centro de Pakistán --la culminación de varios días de disturbios por la acusación de que se había profanado un Corán-- muestra cuán precaria es la vida para la pequeña minoría cristiana en Pakistán.

Quemaron y saquearon más de 100 casas de cristianos el sábado pasado en disturbios que duraron ocho horas, provocados por una turba que según estimaron las autoridades fue de unas 20,000 personas. Además de los siete miembros de la familia Hameed que murieron, resultaron heridas alrededor de 20 personas.

Las autoridades, que dijeron que la acusación sobre el Corán era falaz, presentaron cargos penales ya tarde el domingo y aprehendieron a por lo menos 12 personas. Funcionarios explicaron que el Sipah-e-Sohaba, un grupo extremista chiita proscrito, está entre los responsables de los ataques, la tercera convulsión violenta de turbas anticristianas en la región en las últimas cuatro semanas.

Es frecuente que se trate a los cristianos, que representan menos de cinco por ciento de la población, como ciudadanos de segunda clase en Pakistán, donde el islam es la religión oficial. De hecho, está constitucionalmente prohibido que un no musulmán sea presidente o primer ministro.

LOS MAS POBRES

Mientras que algunos cristianos ascienden para ser funcionarios gubernamentales o administrar negocios, los más pobres trabajan en los peores empleos del país, limpiando escusados y barriendo calles.

Era la clase más pobre la que vivía en la Colonia Cristiana, un pequeño enclave de casas de ladrillo descubierto, donde la turba atacó el sábado. Sus habitantes trabajan como jornaleros y vendedores en el mercado, y es frecuente que ganen mucho menos del salario mínimo de $75 mensuales.

Los Hameed estaban desayunando cuando la turba les cayó encima, blandiendo armas, lanzando piedras y gritando insultos ("¡Perros!'', "¡Agentes estadounidenses!'') por la ventana. Al parecer, el ataque no era particularmente contra los Hameed, sino que tuvieron la desventura de vivir por donde entró la turba y estaban en la casa en ese momento.

Cuando el abuelo Hameed Pannun Khan de 75 años, pintor de casas, abrió la puerta para ver lo que estaba pasando, le dispararon en la sien y cayó al suelo. Entonces, la turba entró a empujones, y el resto de la familia --al menos 10 personas-- huyó a la habitación del fondo y cerró la puerta por dentro. Escucharon cómo la turba saqueaba la casa arrastrando un refrigerador y un armario.

Después, apareció el humo, columnas gruesas y blancas, por debajo de la puerta. "Todo el mundo gritaba para escapar", narró Umer Hameed, de 18 años. "No había oxígeno".

Esperaron todo lo que pudieron, hasta que pensaron que era seguro, y entonces corrieron, pero no todos pudieron salir. Tres mujeres, los dos niños y un hombre quedaron atrapados cuando se derrumbó el techo.

Mientras corría, Ikhlaq Hameed miraba hacia atrás y vio a su tía. "Trató de salir pero la atrapó el fuego'', contó. "Tenía llamas en la cara''.

FALSA ACUSACIÓN

El alboroto comenzó el 22 de julio en un pueblo cercano, cuando se acusó a unos cristianos en una boda de quemar un Corán. Pocos en esta ciudad creyeron eso, y funcionarios estatales y federales que examinaron el caso dijeron que era una falsedad. No obstante, los mulás locales aprovecharon la noticia y presentaron una denuncia por blasfemia en contra de la familia.

Se ha criticado a la ley de la blasfemia en Pakistán por ser demasiado general, y muchos expertos en derecho dicen que se ha hecho muy mal uso de ella desde que el dictador militar, general Muhammad Zia ul-Haq, la introdujo en la década de los años 80. Cualquiera puede levantar cargos, lo que con frecuencia se usa para agitar el odio y justificar la violencia sectaria.

"La ley de la blasfemia se está usando para aterrorizar a las minorías en Pakistán'', dijo Shahbaz Bhatti, el ministro de asuntos de las minorías de Pakistán, en una entrevista en Gojra el domingo pasado.

Los atacantes en esta ciudad dejaron un rastro de quemazón y destrucción a su paso. La casa de los Hameed era un cascarón chamuscado, en el cuarto central había un montón de fierros retorcidos: ventiladores, bicicletas, juguetes de niños y una jaula que había albergado pericos. La cocina estaba vacía, excepto por una tetera y un diccionario de inglés medio quemado y abierto en la palabra "inmoral''.

Los cristianos de esta ciudad protestaron todo el domingo pasado, bloqueando las calles y negándose a enterrar a los Hameed hasta que las autoridades levantaran los cargos penales. Ya tarde el domingo, las autoridades lo hicieron, y se enterraron los cuerpos. Eso fue poco alivio para los Hameed.

"Ahora ya no tenemos nada'', dijo Ikhlaq, con ampollas en la mano y el brazo. "Nuestra familia. Nuestra casa. Ya no queremos seguir viviendo aquí''.


Fuente: ElNuevoHerald.com / Miami Herald
Autor: Abrina Tavernise /TNYT Gojra, Pakistán (Con la colaboración de Waqar Gillani)

3 comentarios:

  1. (...) Sermón del Viernes: "Haced picadillo a los cristianos"

    Según la inteligencia pakistaní, ya desde hacía un par de meses se pensaba que talibanes y otros grupos islamistas y tribales acosados en el Valle del Swat pretendían cambiar los ataques suicidas por la invención de incidentes que provocaran enfrentamientos religiosos en las ciudades. Sin embargo, poco 'enfrentamiento' se ha producido y sí una implacable cacería de cristianos por parte de miles de personas que, sin duda, superaban en mucho a los potenciales agentes de la agitación islamista, inflamada su santa ira por los clérigos en las mezquitas durante los sermones del viernes. De forma que el sábado sin más tardar todos salieron de batida. En cualquier caso, y lejos del desvío de la responsabilidad a elementos "externos" que dirigieron "enmascarados" los disturbios, Pakistán aún mantiene plenamente activas las letales "leyes contra la blasfemia" en la Sección 295 C de su Código Penal. Obviamente, siempre relativo a la blasfemia sobre el islam. (...)

    + Ocho cristianos abrasados vivos por una "profanación" del Corán que nunca existió: Las mezquitas de la localidad pakistaní de Gojra agitaron el día anterior a sus fieles para "hacer picadillo a los cristianos"

    http://www.nuevodigital.com/2009/08/06/musulmanes_islam_blasfemia_yihad_coran_p

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  2. (...) Cómo ganar un partido de fútbol entre niños

    De hecho, incluso niños cristianos son apresados tras las acusaciones de otros niños durante un 'disputado' partido de fútbol, como sucedió también hace un par de años con un pequeño cristiano de once años (ND) y como sucede a menudo, siempre que un musulmán -verdadero o no, según los iluminados criterios del Papa y del Arzobispo de Canterbury- grita "blasfemia" y los cristianos de los alrededores ya comienzan a oler a chamuscado, mucho peor según dicen que morir a golpes o los más manidos machetazos mediantes (...)

    + Ocho cristianos abrasados vivos por una "profanación" del Corán que nunca existió: Las mezquitas de la localidad pakistaní de Gojra agitaron el día anterior a sus fieles para "hacer picadillo a los cristianos"

    http://www.nuevodigital.com/2009/08/06/musulmanes_islam_blasfemia_yihad_coran_p

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  3. “Las Naciones Unidas promoverá… respeto universal por y observancia de los derechos humanos y libertades fundamentales para todos sin discriminación de raza, sexo, idioma, o religión.” Artículo 55.

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