El 57.5% de la ciudadanía suiza expresó su acuerdo en prohibir la construcción de nuevos alminares dentro del país. Esta decisión en las urnas significa una modificación en el artículo 72 de la Constitución.
El Gobierno de Suiza, que se dijo en contra de la iniciativa, advierte que la decisión ciudadana de hoy "no es una negativa ni a la comunidad musulmana, ni a su religión, ni a su cultura".
El 57% de la ciudadanía aceptó la prohibición de construir nuevos alminares, según los resultados ya definitivos sobre el tema de votación este domingo en Suiza.
Apenas en cuatro cantones, de los 26 que tiene Suiza, fue rechazada la iniciativa popular impulsada por el partido Unión Democrática de Centro (UDC/derecha conservadora) y la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa).
Los precursores de la propuesta argumentaron que los alminares o minaretes no resultan indispensables para la práctica del islam, pero que constituyen más bien un símbolo de su propagación.
Amnistía Internacional, días antes de las votaciones de este domingo, adivirtió que la interdicción de construir nuevos minaretes impediría a Suiza respetar sus obligaciones en materia de libertad de religión.
Pero los promotores de la iniciativa revatieron que la construcción de minaretes no está protegida por la libertad de religión ya que éstos, "no tienen relevancia religiosa".
El Gobierno garantizará la libertad de culto
El Gobierno de Suiza expresó en un comunicado de prensa este domingo que respeta la decisión ciudadana: "Los cuatro alminares en pie actualmente se conservan. También las mezquitas pueden seguir siendo construidas. Las y los musulmanes en Suiza pueden profesar su creencia y practicarla en solitario o en común".
Cabe recordar que tanto el Ejecutivo como una mayoría del Legislativo se mostraron en contra de la iniciativa. A juicio de la ministra de Justicia y Policía, Eveline Widmer-Schlumpf, "los resultados de esta votación expresan, sin duda, los miedos e inseguridades existentes entre la población de que los pensamientos fundamentalistas islámicos pudiesen conducir al establecimiento de sociedades paralelas que se aíslen, que rechacen nuestras tradiciones estatales y que ignoren nuestro orden jurídico".
"Estos miedos deben observarse de forma seria, como lo ha hecho y lo seguirá haciendo el gobierno, aún cuando estima que la prohibición de erigir alminares no es el medio apropiado para luchar contra los extremistas islámicos".
La ministra suiza reitera además que la decisión ciudadana de hoy "no es una negativa ni a la comunidad musulmana, ni a su religión, ni a su cultura".
Asunto constitucional
El 'sí' ciudadano a esta iniciativa popular conlleva a una modificación constitucional.
El resultado a favor de esta iniciativa ha sido inesperado este domingo en Suiza. "Me sorprende mucho", indica Reinhard Schulze, especialista en Islam de la Universidad de Berna.
"El siguiente paso es seguro la cuestión de si esta modificación constitucional solicitada a través del voto popular corresponde al Derecho Internacional", agrega. El experto considera que habrá recursos en contra de esta prohibición que serán presentados ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo.
Justo en ese sentido se expresó el presidente del partido de Los Verdes, Ueli Leuenberger, al advertir que la medida resulta anticonstitucional: "Estudiaremos la posibilidad de recurrir ante la Corte de Estrasburgo para invalidarla".
Resultado sorpresivo
"Mi primera impresión es de sorpresa y sobre todo la decepción, pues se trata de una mala respuesta a una mala pregunta", opina Babacar Ba, representante de la Organización de la Conferencia Islámica, que reúne a 52 países musulmanes.
A su juicio, los resultados de esta iniciativa conduce "al extremismo y la intolerancia", según dijo Babacar Ba a swissinfo.ch desde Ginebra.
"Esta acción constituye una puerta abierta a un proceso peligroso del cuestionamiento de la libertad de credo en Suiza, país detentor de los Convenios de Ginebra, y que, justo por ello, debe asegurar su protección".
La Comisión contra el Racismo de Suiza advierte que la forma en que se desarrollo el debate en torno a los minaretes lastimó personalmente a aquellos que profesan la religión musulmana. "Debemos cuidar de que su libertad no sea más limitada y que no sean el blanco de nuevos ataques".
En Suiza, 400.000 personas (de más de 7 millones de habitantes) profesan el Islam, la tercera religión en importancia luego del protestantismo y el catolicismo.
Fuente: Swissinfo.ch
El Gobierno de Suiza, que se dijo en contra de la iniciativa, advierte que la decisión ciudadana de hoy "no es una negativa ni a la comunidad musulmana, ni a su religión, ni a su cultura".
El 57% de la ciudadanía aceptó la prohibición de construir nuevos alminares, según los resultados ya definitivos sobre el tema de votación este domingo en Suiza.
Apenas en cuatro cantones, de los 26 que tiene Suiza, fue rechazada la iniciativa popular impulsada por el partido Unión Democrática de Centro (UDC/derecha conservadora) y la Unión Democrática Federal (UDF/derecha religiosa).
Los precursores de la propuesta argumentaron que los alminares o minaretes no resultan indispensables para la práctica del islam, pero que constituyen más bien un símbolo de su propagación.
Amnistía Internacional, días antes de las votaciones de este domingo, adivirtió que la interdicción de construir nuevos minaretes impediría a Suiza respetar sus obligaciones en materia de libertad de religión.
Pero los promotores de la iniciativa revatieron que la construcción de minaretes no está protegida por la libertad de religión ya que éstos, "no tienen relevancia religiosa".
El Gobierno garantizará la libertad de culto
El Gobierno de Suiza expresó en un comunicado de prensa este domingo que respeta la decisión ciudadana: "Los cuatro alminares en pie actualmente se conservan. También las mezquitas pueden seguir siendo construidas. Las y los musulmanes en Suiza pueden profesar su creencia y practicarla en solitario o en común".
Cabe recordar que tanto el Ejecutivo como una mayoría del Legislativo se mostraron en contra de la iniciativa. A juicio de la ministra de Justicia y Policía, Eveline Widmer-Schlumpf, "los resultados de esta votación expresan, sin duda, los miedos e inseguridades existentes entre la población de que los pensamientos fundamentalistas islámicos pudiesen conducir al establecimiento de sociedades paralelas que se aíslen, que rechacen nuestras tradiciones estatales y que ignoren nuestro orden jurídico".
"Estos miedos deben observarse de forma seria, como lo ha hecho y lo seguirá haciendo el gobierno, aún cuando estima que la prohibición de erigir alminares no es el medio apropiado para luchar contra los extremistas islámicos".
La ministra suiza reitera además que la decisión ciudadana de hoy "no es una negativa ni a la comunidad musulmana, ni a su religión, ni a su cultura".
Asunto constitucional
El 'sí' ciudadano a esta iniciativa popular conlleva a una modificación constitucional.
El resultado a favor de esta iniciativa ha sido inesperado este domingo en Suiza. "Me sorprende mucho", indica Reinhard Schulze, especialista en Islam de la Universidad de Berna.
"El siguiente paso es seguro la cuestión de si esta modificación constitucional solicitada a través del voto popular corresponde al Derecho Internacional", agrega. El experto considera que habrá recursos en contra de esta prohibición que serán presentados ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos en Estrasburgo.
Justo en ese sentido se expresó el presidente del partido de Los Verdes, Ueli Leuenberger, al advertir que la medida resulta anticonstitucional: "Estudiaremos la posibilidad de recurrir ante la Corte de Estrasburgo para invalidarla".
Resultado sorpresivo
"Mi primera impresión es de sorpresa y sobre todo la decepción, pues se trata de una mala respuesta a una mala pregunta", opina Babacar Ba, representante de la Organización de la Conferencia Islámica, que reúne a 52 países musulmanes.
A su juicio, los resultados de esta iniciativa conduce "al extremismo y la intolerancia", según dijo Babacar Ba a swissinfo.ch desde Ginebra.
"Esta acción constituye una puerta abierta a un proceso peligroso del cuestionamiento de la libertad de credo en Suiza, país detentor de los Convenios de Ginebra, y que, justo por ello, debe asegurar su protección".
La Comisión contra el Racismo de Suiza advierte que la forma en que se desarrollo el debate en torno a los minaretes lastimó personalmente a aquellos que profesan la religión musulmana. "Debemos cuidar de que su libertad no sea más limitada y que no sean el blanco de nuevos ataques".
En Suiza, 400.000 personas (de más de 7 millones de habitantes) profesan el Islam, la tercera religión en importancia luego del protestantismo y el catolicismo.
Fuente: Swissinfo.ch
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