lunes, 28 de julio de 2008

EN EL MURO, sermon de la LIBERTAD. Por Lincoln E. Steed

Hace algunos años, y durante los meses de verano mientras trabajaba como albañil en un remoto vecindario de la ciudad de Washington, D.C., casi me alcanza un proyectil. Mis compañeros y yo nos encontrábamos completando un muro, o pared de ladrillos en la parte alta de un andamio, cuando de pronto miramos hacia abajo y vimos algunos individuos llevándose nuestras herramientas. Uno de nosotros les gritó para que se detuviesen. En ese mismo momento escuchamos el sonido de un ladrillo romperse y a la vez sentíamos cuando pedazos de ladrillos nos impactaban al una bala ser disparada y la misma chocar en la pared como a tres metros de donde estábamos. Hay ocasiones cuando el peligro nos encuentra en la rutina diaria de la vida. Otras veces, el construir o reparar alguna pared nos coloca en enemistad con la comunidad.

La Biblia está repleta de escenas cinemáticas. Son estas aquellas narraciones que encierran un drama ardiente. Escenas como la de Sadrach, Mesach y Abed-nego, siendo ellos los únicos que se abstuvieron de adorar la estatua en el campo de Dura mientras el resto de la congregación se postraba ante la misma; Pablo en el templo dirigiéndose a la indisciplinada multitud justo después de su arresto por soldados romanos, y para su propia protección; el dedo divino ante la presencia de festejantes cuando escribía en la pared el destino fatal de Babilonia.

Pero son pocos los momentos los cuales han sido más intensos que aquellos vistos en los casi completos muros de Jerusalén. Nehemias urge a los obreros a reparar las grietas de aquellas paredes antiguas antes que el enemigo las volviese a atacar. Los muros en sí estaban casi seguros, pero las compuertas continuaban arruinadas y esencialmente vulnerables a cualquier entrada violenta.

Es en ese momento vulnerable cuando llegan los emisarios del enemigo armados. Su apariencia física hace sus amenazas aún más palpables. Por varios días Nehemías esperaba el ataque - y trabajó diligentemente para que el mismo fuese un fracaso asegurando la ciudad detrás de sus muros y compuertas. El notaba la falta de tiempo y por lo tanto urgía al pueblo a acelerar la obra. Ellos necesitaban aunar todas sus energías para poder terminar el proyecto de reparación y preparación.

Cuando leemos las propias palabras de Nehemías notamos cuan diligentemente laboró. “Nosotros pues trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían lanzas desde la subida del alba hasta salir las estrellas” Nehemias 4:21 El claramente entendía que el área de trabajo necesitaba protección y por lo tanto tomó todas las precauciones necesarias. Versículos 22 y 23 dicen: “También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado se quede dentro de Jerusalén, y hágannos de noche centinela, y de día a la obra.” “Y ni yo, ni mis hermanos, ni mis mozos, ni la gente de guardia que me seguía, desnudamos nuestro vestido: cada uno se desnudaba solamente para lavarse.”

Ahora, luego de tanta preparación excepcional –y con el muro casi totalmente protegido- llega el enemigo. Y la batalla parece inminente. Pareciera ser la peor pesadilla de un comandante militar. Y Nehemias, por supuesto no era un comandante militar ordinario. De hecho, él no poseía experiencia militar. Antes de ser gobernador de Jerusalén el había sido copero del rey Artajerjes en la capital persa de Susán. Pero parece que la palabra “copero” está acompañada de cierto tono ceremonial lo cual implica cierto tipo de acercamiento o asociación personal con el rey. Sin embargo Nehemias no era cortesano del rey, él era algo así como un tipo de seguridad personal del rey, parecido a una buena póliza de seguro ambulante. Y en una era cuando asesinando al rey era la forma preferida de obtener la sucesión al trono, depositando veneno en la comida del rey era el método más popular. Vemos por lo tanto Nehemias era indispensable pero a la misma vez era en cualquier momento desechable. Y así podemos ver que Nehemias era un hombre que estaba al tanto de los riesgos de su trabajo.

Pero más importante aún, Nehemias era un hombre leal: leal a su pueblo y leal a su Dios.

Notamos pues como comienza la historia en el libro de Nehemias, Nehemias le pregunta a “ciertos varones de Judá….y preguntéles por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la cautividad, y por Jerusalén” 1:2 Y cuando ellos respondieron que “El residuo, los que quedaron de la cautividad allí en la provincia, están en gran mal y afrenta,” Nehemias dijo: “sentéme y lloré, y enlutéme por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.” Versículos 3, 4.

El concepto de una iglesia remanente fiel contiene una expresión bíblica extensa. Hoy día, los Adventistas del Séptimo Día creemos que somos el remanente de aquellos que siguen las verdades divinas. Y creo que somos llamados a perpetuar ese llamado a ser remanentes y así vindicar a Dios ante la gente que logre vivir durante los últimos días de loa historia de este mundo. Y sí, es cierto, el pueblo de Dios aún sufre aflicción y persecución. Recuerdo que durante mis años de adolescente orábamos fervientemente en nuestro hogar a favor de nuestros hermanos creyentes quienes eran perseguidos en Colombia. Años después escuchábamos reportes desalentadores provenientes de países pertenecientes al Bloque Soviético donde nuestros miembros eran tomados prisioneros y aún niños eran tomados de sus hogares por no asistir a la escuela los sábados. Hoy día, miembros de nuestra iglesia en algunos países Ortodoxos orientales son perseguidos por ambos la iglesia y el estado a causa de sus creencias. Nosotros también tenemos entonces razones para llorar, guardar luto, e interceder por aquellos que sufren a causa de su fe.

Por lo tanto Nehemías actuó siguiendo su preocupación. El era lo suficientemente valiente para compartir sus sinceras preocupaciones con el rey y la reina. Vemos que obviamente ellos veían en Nehemias a un hombre integro. Por lo tanto el rey le pregunta a Nehemias que era lo que el quería, y con una oración rápida, Nehemías comparte su preocupación con el auténtico monarca, y en forma sorprendente el rey Aratejerjes le concede la petición de Nehemías de regresar a Jerusalén y trabajar en el proyecto de “construir los muros”. Sorprendente también fué el hecho de que el rey le concede autoridad absoluta y aún le provee una escolta para su protección. Y aún más sorprendente fue el hecho de que el rey permite que su copero personal vaya tras su “búsqueda”. Sin su copero el rey era vulnerable y lo mas seguro era que el buscaría a otra persona confiable que tomase el lugar de Nehemías durante su ausencia.

Y así de cuan asombrosa es esta narración, subraya lo que ha sido demostrado vez tras vez a través de las edades. Cristianos íntegros tienen influencia aún entre los impíos. Existe un poder convincente cuando un cristiano genuino testifica por su Dios. En muchas ocasiones cuando situaciones donde no trabajar en sábado está en relieve, la integridad del individuo en cuestión es la que triunfa, aún más que ganando el caso legal.

Veamos ahora que en los muros casi completos de Jerusalén, el momento de la verdad ha llegado para Nehemías. Los emisarios procedentes de parte de sus antagonistas: Sanballat, Tobías y Gesem, sugirieron una reunión –en una villa en las afueras- y lejos del área donde se reparaba el muro. “Ellos habían pensado hacerme mal” escribió Nehemías en el capítulo 6, versículo 2. El estaba al tanto, estaba apercibido, en la misma forma que necesitamos nosotros estar apercibidos cuando nuestro mensaje es atacado y restricciones son puestas ante nuestros derechos religiosos, y aún situaciones donde no exista lugar para algún tipo de negociación, no podemos darnos el lujo de llegar a un acuerdo si dejamos nuestro puesto de trabajo y debatimos con aquellas personas que en forma inflexible están en contra de la verdad.

Por lo tanto tomen nota de esto: Nehemías apenas se detiene en mi visualización de la acción descrita. “Yo hago una grande obra, y no puedo ir” contesta él en el versículo 3. Era un asunto de prioridades. Era un asunto de integridad. De hecho, era un asunto de sobrevivir.

Y en la misma forma que sucede hoy día en momentos cuando nos toca defender nuestra fe, los ataques continuaron, aumentaron más aún. En cuatro ocasiones los emisarios de los enemigos de su obra de reconstrucción solicitaron una reunión con Nehemías. Y cada vez, ellos trataron de seducirle a ir con el propósito de tenderle una emboscada. Y cada vez, ellos fallaron, ya que Nehemías no cesaba de trabajar, no se le podía desviar de su propósito, de su proyecto.

A través de los años, la revista Libertad ha publicado cantidad de casos en los cuales es vigente la tenacidad en contra de la verdad. El pastor Anthony Alexander, quien fuese falsamente acusado de terrorismo y encarcelado por el gobierno de Sri Lanka soportó muchos episodios de tortura, sin embargo nunca confesó nada excepto su fe en Dios. La iglesia Adventista de Vacaville, California, atravesó por una serie de regulaciones de zonificación y prejuicio religioso en su determinación de establecer una radio difusora – y justamente algunos meses atrás la batalla que duró por varios años llegó a su final obteniendo ellos el permiso necesario. Y podemos decir ahora que “sus voces se han apagado”. Y así como Pablo, quien en el libro de Hebreos listó los héroes de la fe, nosotros también podemos continuar dicha lista con los nombres de aquellos miembros fi eles de la iglesia remanente que batallan en contra del prejuicio, leyes injustas, y por supuesto, indiferencia cuando mantienen su integridad con Dios.

El mismo Jesús, y hablándole a sus discípulos, les dijo de ataques antagonistas lanzados por el diablo cuando estos le preguntaron como terminaría todo. El les habló de todo tipo de conflictos en la sociedad, de guerras y cosas aún peores. Estos, dijo él, “principio de Dolores” Mat. 24:8… “Entonces, os entregaran para ser afligidos, y os mataran; y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre”. vers. 9 Y a pesar de que hoy día, temporalmente encontramos alivio detrás de las leyes que nos protegen, debemos siempre recordar que nuestra protección fi nal proviene de Dios, y que a través de la historia las mismas leyes han sido usadas en contra de los fi eles. De hecho, Elena White, al escribir en cuanto a la prueba final por causa de guardar el sábado, repite la misma predicción que hizo Jesús en aquella ocasión, cuando dijo que algunos pensarían que estaban cumpliendo la ley y haciendo la voluntad de Dios matando a aquellos que violen dichas leyes.

La determinación de no ceder y de mantenernos fieles debe ser nuestra hoy día, así como en los tiempos de Nehemías. Pero mientras el agobio en él aumentaba, él mantuvo su fe en Dios y su compromiso hacia la labor que estaba frente a él. Y hay una lección al no irnos del lado del mundo en estos casos, ya que el mismo acto de comprometernos con el mundo puede nublar la percepción que podamos tener de la prueba que Dios nos ha permitido afrontar. En Testimonios, volumen 5, leemos que “el tiempo no esta muy lejano cuando la aprueba llegara a cada ser. La marca de la bestia será impuesta sobre nosotros. Aquellos que poco a poco hayan dado paso a las exigencias del mundo y aquellos quienes también se hayan ajustado a las costumbres del mundo, les resultará fácil acceder a los poderes a cargo. Preferirán ir de parte del mundo antes de sufrir desprecio, insultos, encarcelamiento y aún la misma muerte.” Página 81

Por lo tanto en el desafío a Nehemías podemos ver este mismo tipo de desafío, esa amenaza gradual. Cuando Sanballat y su gente escucharon por primera vez del plan de fortalecer los muros, dice el mismo Nehemías que ellos “escarnecieron de nosotros y nos despreciaron” Cap. 2: 19 Y mientras la obra continuaba Sanballat “encolerizóse y enojóse en gran manera, e hizo escarnio de los Judíos”. Cap. 4:1 Este tipo de odio engendró planes, planes para actuar violentamente: “Y conspiraron todos a una para venir a combatir a Jerusalén, y a hacerle daño.” Vers. 8

Notemos que la intención de violencia fue seguida por antagonismo progresivo. En otras palabras, fue algo que fue creciendo poco a poco en contra de Nehemías….y todo ello surgió con motivo de una conspiración. Y hablando de los movimientos hacia las leyes dominicales en su tiempo, Elena White las describía como algo que se planea en secreto, y que al fi nal se revela en el odio que Satanás siempre ha mostrado hacia la verdad.

Pero hubo un quinto y final ataque de parte de Samballat y su trío profano. Era este ataque la acusación que Satanás históricamente reserva para aquellos momentos cuando él intenta exterminar a los fieles de Dios. Era una acusación designada a colocarles (a los atacantes) bajo la protección de los reyes terrenales. Un criado le trae una “carta abierta” a Nehemías.

Decía lo siguiente: “Tu y los Judíos pensáis rebelaros; y que por eso edifi cas el muro, con la mira, según estas palabras, de ser tu su rey.” Cap. 6:6 Era esta la antigua acusación conocida como falta de lealtad al gobierno. Recordemos que fue bajo esta misma premisa que Jesús fue crucificado, la misma premisa que envió a los primeros cristianos a los leones, y la misma que algún día servirá de acusación para aquellos que guarden el séptimo día sábado. La fidelidad a Dios de parte del remanente sentará las bases para que sea el domingo la señal designada como lealtad al estado.

Sin embargo Nehemías no se sintió amedrentado por las amenazas. Aún rehusó tomar refugio fuera de la vista en las inmediaciones del templo y evitar ser asesinado. El rechazó los consejos dados para esconderse excepto lo que el Señor le indicase. Procedió pues a orar fervientemente para que Dios “esforzase sus manos”.

Y la obra fue terminada en 52 días. Cuando los “enemigos” escucharon aquello, “abatiéronse mucho sus ojos, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra”. Vers. 16

Existen otros siete capítulos en el libro de Nehemías los cuales describen en gran manera la celebración y la renovación espiritual – pero no dice nada más en cuanto a los enemigos. La fetriunfó una vez más sobre aquellos que se oponen a Dios.

Podemos observar esos modelos y situaciones en el antiguo testamento y aún descartarlos como algo que solo sucedió sin tener que aplicarlo literalmente a nuestras vidas hoy día. Pero debemos reconocer que si somos tentados de esa manera, ello es un gran error. Los detalles de esa historia son sumamente específicos como para pasarlos por alto. Los detalles históricos son sumamente fi jos y reales. Y, más importante aún, el patrón de poderes es consistente con la forma como Dios maneja el desafío. Desde la construcción del arca por Noé, y a través de la historia hasta los mismos apóstoles cuando le explicaban al mundo de aquella época el cambio surgido en la cruz del calvario, y luego mas adelante la exhortación dada al remanente de luchar en contra de “poderes y principales” que se oponen a la verdad de Dios. A través de la historia, es una historia de victoria en contra del enemigo pero guiados por el poder de Dios.

Vemos un ejemplo de “no ceder” al ver la forma en que actuaron los miembros de la iglesia hispana de Jonesboro, en el estado de Georgia. Esta historia puede ser leída en el boletín de la campaña para la revista Libertad de este año. Con grandes esperanzas, los miembros juntaron sus fuerzas y recursos para construir su nuevo templo. En el año 2003 encontraron y compraron un local de siete acres, completo con árboles de pinos que les protegían del camino vecinal. Y en la misma forma como otras construcciones en aquel condado, ellos necesitaban que su terreno fuese re-zonificado antes de construir. Nadie se imaginaba que ello iba a causar problema alguno.

¡Pero cuan errados estaban!

Algunos de los vecinos se presentaron ante la junta de planificación y alegaron que una iglesia en su vecindario atraería actividad criminal al área perjudicando por lo tanto la seguridad de sus hijos menores. Fue esta una expresión de prejuicio a varios niveles, pues en vista que vivimos en una época cuando la intolerancia hacia los inmigrantes es rampante, ello causó disgusto aún entre aquellos ciudadanos nacidos en Norte América que seguían el caso de cerca. Y la actividad criminal: ¿porque acaso los hispanos fueron automáticamente igualados con actividades criminales? ¿Y porque algunos aún sugerían que un grupo de iglesia de cualquier religión atraería actividad criminal? ¿Y donde existe un vecindario donde sus habitantes sean tan “santos” que vean a una iglesia como algo indeseable?

¡El permiso de zonificación les fue negado!

Pero los miembros de la iglesia no iban a ser desanimados tan fácilmente. Ya fuese un moderno “Sanballat”, o la junta de zonificación, o el prejuicio de la comunidad o la indiferencia de muchos, nada de ello era suficiente para desanimarles. Después de todo, Dios deseaba que ellos trabajasen en la comunidad para reconstruir los muros. Dios deseaba que ellos reconstruyeran los muros de tolerancia en la comunidad. Dios deseaba que ellos testificaran a los indiferentes. Dios quería que Su iglesia remanente tuviese asilo en una comunidad donde existían muchas iglesias, pero no existía suficiente fe.

Y debemos recordar que este desafío al remanente sucedió nada menos que en los Estados Unidos de Norte América, una nación fundada en la libertad, en particular, la libertad de adorar a Dios sin ser perseguidos. Así como el apóstol Pablo de antaño, quien usó su ciudadanía Romana para proteger su expresión de fe, los miembros de la iglesia de Jonesboro usaron la Constitución de este país como su primera alianza. Ellos fueron al director de la oficina de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa de la Unión del Sur para que allí les aconsejasen. El director de esta oficina entonces se comunicó con la oficina de consejería legal de nuestra iglesia y con su apoyo pudieron contactar a un abogado local para que les asistiese en su petición.

Había muchos ladrillos que colocar para poder reconstruir los muros. La comunidad fue visitada para escuchar otras opiniones resultando que muchos de los vecinos comenzaron a ver lo positivo de la propuesta. Registros, deposiciones, más vistas públicas, y sobre todo, muchas oraciones fueron elevadas a favor del proyecto.

Sin embargo, los miembros de la congregación se enteraron que ellos no eran los primeros en ser rechazados de esta forma. En vista de la creciente opinión pública en contra de las religiones organizadas y con el crecimiento de comunidades compactas, a menudo alejadas de sus trabajos y de casas de adoración, las iglesias han encontrado rehusadas y abatidas por regulaciones antagonistas de zonificación. En el año 2000 se aprobó el acta que protege a los propietarios de terrenos con fines religiosos como también protección religiosa a los encarcelados (RLUIPA), la aprobación de esta acta proveyó un alivio sumamente necesario. Pero, así como los miembros de la iglesia de Jonesboro en Georgia y los hermanos de Vacaville en California lograron enterarse, ese alivio no vino automáticamente. La ley sí les protege y será tal vez más favorable, pero todavía existe el hecho más difícil, el cual es lidiar con las disposiciones de algunas comunidades.

Podemos alabar al Señor que gracias al resultado de la ayuda legal, de un caso bien presentado en corte, el cual colocó al acta RLUIPA a la vanguardia, los resultados fueron positivos. Tomó algunos años, pero al fin la ciudad y el comité de zonificación cerraron el caso a favor de nuestra iglesia. Ellos estuvieron de acuerdo en conceder el permiso necesario. Y a la misma vez algunos de los opositores en la comunidad comenzaron a ceder. La construcción de la iglesia recién ha comenzado. La labor de diseminar la gracia de Dios y el llamado Adventista hacia la comunidad comienza a entrar en una fase más personal.

Es cierto que vivimos en tiempos cuando tenemos gran libertad aquí en Norte América. Es una bendición de Dios que existan leyes que nos protegen y apoyan nuestra libertad de conciencia. Pero cometeríamos un error si pensamos que esta libertad continuará para siempre. Cometemos un error si nos conformamos con la libertad que gozamos. Cometemos un error al ignorar lo que son algunas veces errores con raíces profundas escondidas cuyos motivos principales es evitar la proclamación de la verdad.

En el volumen 5 de los Testimonios, bajo el título “La Crisis Inminente”, Elena White nos recuerda que “aquellos que han sido prevenidos de los eventos a ocurrir ante ellos no han de sentarse calmadamente en espera de la tormenta que se avecina, aliviando sus mentes al pensar que el Señor protegerá a sus fieles en el tiempo de angustia. Debemos de ser individuos en espera de nuestro Señor, no en forma complaciente y cómoda, mas en trabajo arduo, y con fe inquebrantable. Ahora no es el tiempo para permitir que nuestras mentes esté envuelta con cosas de menor importancia.” Página 452

No debemos imaginarnos que grandes héroes de fe así como Nehemías eran necesariamente seres humanos diferentes. Es interesante notar que Santiago escribió que “Elías era hombre sujeto a semejantes pasiones que nosotros” Santiago 5:17 Muchos Judíos tenían a Elías en alta estima y lo consideraban como el más grande de los profetas (recordemos que Jesús también puso a Juan en ese mismo nivel ya que Juan preparó el camino del Mesías). Elías arremetió en contra de la maldad (en el original ‘wickedness’, Editor) nacional, predicó la Palabra de Dios con autoridad, resucitó a los muertos en el nombre de Dios, y fue llevado al cielo sin experimentar la muerte. Pero fue un hombre “sujeto a semejantes pasiones que nosotros”. Sí, era un ser humano débil, pero era fuerte y sólido en su compromiso con la fe.

Los muros hoy día están destruidos. Aquí en Estados Unidos, el muro protector que marca la división entre la iglesia y el estado esta en forma activa siendo destruida. El muro protector, esa fe erecta alrededor de nuestras familias está debilitándose y a punto de derrumbarse. El muro de nuestras creencias y de nuestra fe, las que nos recuerdan que somos parte del remanente, necesita reparación, necesita atención de nuestra parte.

Necesitamos a personas como Nehemias hoy día. Cada uno de nosotros puede llenar ese vacío, con el poder de Dios. Necesitamos proteger la libertad que Dios nos ha concedido, el evangelio de libertad, tal y como lo llamó el apóstol Pablo. Debemos determinar que pensamos aceptar esa imperativa.

No podemos ceder ahora.


* "EN EL MURO", sermon de la LIBERTAD, del 26 enero de 2008.

Autor: Lincoln E. Steed. Editor, revista LIBERTY Director Asociado, Asuntos Públicos y Libertad Religiosa, División Norte Americana

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