lunes, 20 de diciembre de 2010

Jimmy Carter: hemos tenido un presidente negro, es hora de tener un presidente homosexual

Un presidente homosexual es el próximo paso en el avance de Estados Unidos hacia los derechos civiles, en la misma veta recorrida “cuando nos ocupamos del tema racial”, ha especulado el ex presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter.

El ex presidente demócrata compartió sus reflexiones en la sede de su vieja oficina, en una entrevista con la página web Big Think (ver "America Is Ready for a Gay President").

“No sé si en la próxima elección, pero pienso en un futuro próximo”, dijo Carter, refiriéndose a la posibilidad de un presidente homosexual.

Dijo que “paso a paso, nos hemos dado cuenta que este tema de la homosexualidad tiene los mismos elementos adversos y progresistas que cuando nos ocupamos del tema racial hace 50 años, o hace 40 años”. “Por eso debería decir que el país se está aclimatando a favor de un presidente que podría ser mujer, que podría ahora, obviamente, ser negro y que también podría ser una persona gay”.

A pesar de sus antecedentes como miembro de la Iglesia Bautista del Sur, Carter se ha presentado como un firme partidario de la agenda gay. En el año 2007, el ex presidente instó a los militares estadounidenses a que revocaran la prohibición para los homosexuales declarados de incorporarse a la carrera militar*.







Fuente: LifeSiteNews.com / Jimmy Carter: we’ve had a black president, now it’s time for a gay one
Autor: Kathleen Gilbert
Referencia: *. Vale mencionar que en los próximos días esta ley que ya ha sido derogada por las cámaras del Senado y de los Representantes de los Estados Unidos, va ha ser firmada y promulgada por el presidente Barack Obama

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lunes, 13 de diciembre de 2010

Histórica ley de libertad religiosa es aprobada en Perú

La nueva ley reconoce el pluralismo religioso; todas las religiones disfrutan de los mismos "derechos, obligaciones y beneficios"

Los miembros del Congreso de Perú aprobaron la semana pasada una nueva ley que garantiza la libertad religiosa de todos los ciudadanos, una libertad que ya reconocía la constitución de ese país sudamericano.

La ley garantiza el ejercicio público y privado libre de la religión, excepto cuando esa expresión infrinja las libertades o derechos fundamentales de otros, o cuando el orden público se vea amenazado.

En especial, la ley protege las convicciones religiosas de los estudiantes y requiere que las instituciones educacionales estatales respeten esas convicciones, garantizando que la práctica religiosa de un estudiante no afecte sus calificaciones académicas, dijo Edgardo Muguerza Florián, que dirige el Departamento de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista en Perú.

Prohíbe asimismo cualquier "acción u omisión" que discrimine a una persona por sus creencias religiosas y reconoce el pluralismo religioso, garantizando que todas las religiones disfruten de los mismos "derechos, obligaciones y beneficios", dijo Florián.

Representantes de la Iglesia Adventista han trabajado para proteger de manera más amplia la libertad religiosa en el Perú durante más de una década, reuniéndose con funcionarios del gobierno y representantes religiosos del país.

"Nos agrada mucho ver que nuestra obra puede haber contribuido para la sanción de esta histórica ley"
, dijo John Graz, director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista mundial.

Graz dijo que la legislación es un testamento a los esfuerzos de todos los defensores de la libertad religiosa en el Perú. El movimiento en pro de la libertad religiosa tiene una larga historia en el país, aclaró. *


El Congreso de la República del Perú aprobó proyecto de Ley de Libertad Religiosa

El Congreso de la República aprobó el día de hoy 2 de diciembre el proyecto de la Ley de Libertad Religiosa orientado a garantizar el derecho fundamental de toda persona a la libertad de religión reconocido y amparado por la Constitución y los tratados internacionales ratificados por el Estado.

El dictamen de la Comisión de Constitución, sustentado por su vicepresidente, Èdgard Reymundo Mercado (BP-CD), señala que el ejercicio público y privado de ese derecho es libre y tiene como único límite tanto la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales, como la protección del orden, la salud y moral públicos.

Igualmente, el proyecto de ley recientemente aprobado prohíbe toda acción u omisión que discrimine a una persona en razón de sus creencias religiosas, y precisa que las instituciones educativas estatales respetarán el derecho de los alumnos a exonerarse de los cursos de religión por motivos de conciencia o en razón de sus convicciones religiosas, sin verse afectado su promedio académico.

En el proyecto de ley aprobado por el pleno del congreso de la república del Perú, también se precisa que el Estado reconocerá la diversidad de las entidades religiosas y que, en igualdad de condiciones, gozarán de los mismos derechos, obligaciones y beneficios. **




* Fuente: ANN / Adventist News Newtork "En Perú, se aprueba histórica ley de libertad religiosa"
**Fuente: Unión Peruana del Sur

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miércoles, 8 de diciembre de 2010

Musulmanes buscan que la ONU legitime la persecución de cristianos

La iniciativa en la ONU está encabezada precisamente por Pakistán como país portavoz de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), el mayor grupo de presión mundial de los estados musulmanesLos 56 estados islámicos de la ONU pretenden que la Asamblea General apruebe este mes una resolución condenatoria de la «difamación de religiones», que restrinja la libertad de expresión en Occidente y dé cobertura mundial a la «ley de la blasfemia», vigente en varios países musulmanes. La ley es aún más polémica tras la condena a muerte de la cristiana paquistaní Asia Bibi.

La iniciativa en la ONU está encabezada precisamente por Pakistán como país portavoz de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), el mayor grupo de presión mundial de los estados musulmanes. La OCI cuenta con una mayoría de miembros en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, compuesto por 47 países. Desde hace años, y a impulsos del gobierno de Islamabad, viene aprobando anualmente una resolución en contra de la «difamación de religiones». El texto ya aprobado hace meses en la instancia menor de la ONU condena las críticas que aparecen en la prensa libre contra el islam radical, acentuadas desde el 11-S. El objetivo de los estados musulmanes es buscar los apoyos suficientes en la Asamblea General para aprobar la resolución durante el actual periodo de sesiones.

Estados Unidos, a través de la secretaria de Estado, Hillary Cinton, ha rechazado la iniciativa musulmana en la ONU por considerar que es contraria a la libertad de expresión. Tanto EE.UU. como los gobiernos europeos advierten de que, además, la condena legal de la «difamación de religiones» esconde el peligro de que sirva para acentuar la persecución de las minorías religiosas. De hecho, en su informe anual de la libertad religiosa en el mundo, el Departamento de Estado acaba de incluir a Pakistán y a Irak en la lista de países «que causan especial preocupación», por el incremento de ataques islamistas a sus minorías cristianas.

Juristas y académicos coinciden también en el rechazo de la iniciativa adoptada por los estados islámicos. La difamación —afirman— puede ser jurídicamente punible sólo cuando se refiere a personas, y no a conceptos o sentimientos.

El sistema penal de muchos estados musulmanes, basado en la sharía, el código legislativo del Corán, establece en cambio la «ley de la blasfemia», que en la práctica se limita a condenar sólo los insultos referidos al libro sagrado y al profeta Mahoma —y lleva aparejada la muerte—, y no contempla ninguna pena para los insultos a otras religiones.

Este mes, un tribunal paquistaní condenó a muerte a una campesina cristiana, Asia Bibi, de 45 años y madre de cinco hijos, encarcelada hace año y medio después de que varios testigos musulmanes la acusaran de haber proferido insultos al Corán. Pakistán, el segundo mayor estado islámico con 170 millones de habitantes, cuenta con un 4 por ciento de cristianos.


El «dilema» de Zardari

La intervención a favor de Asia Bibi del gobernador de la provincia del Punjab, Salman Taseer, convencido de su inocencia, ha puesto al gobierno de Zardari ante un aparente dilema. Aunque las autoridades de Islamabad subrayan que la «ley de la blasfemia» no será derogada, y ni siquiera retocada, la disposición de Zardari a indultar a la cristiana ha disparado las amenazas de los dirigentes islamistas paquistaníes, que hace días lanzaron a miles de estudiantes de las madrasas (escuelas coránicas) a las calles para protestar contra la liberación de Asia Bibi.

El lunes pasado, el tribunal supremo de Lahore prohibió el indulto presidencial de Asia Bibi hasta que no se resuelva el proceso de apelación de la pena de muerte.

Zardari, viudo de Benazir Bhutto teme no sólo la protesta violenta de los radicales sino también la retirada del apoyo legislativo de los partidos islamistas a su gobierno. El dilema del presidente se presentará con crudeza en caso de que el tribunal supremo no absuelva finalmente a la campesina cristiana, y sólo quede la vía del indulto.

El caso comenzó hace año y medio, cuando la mujer cristiana discutió con varias compañeras musulmanas, que la habían recriminado por beber del mismo cubo de agua. Varios musulmanes de la aldea la denunciaron ante el juez por presuntos insultos a Mahoma, y fue encarcelada. Debido a su falta de medios, Asia Bibi no pudo demostrar su inocencia y a comienzos de este mes un tribunal del Punjab dictó la sentencia de muerte prevista en la legislación.




Fuente: ABC.es / Pakistan lidera en la ONU una ley mundial contra la blasfemia
Autor: Francisco Andrés
Fuente: MinutoDigital.com / Musulmanes pretenden que la ONU legitime la persecución de los cristianos
Fotografía: Portada de la Campaña "Sumate para salvar la vida de Asia Bibi, condenada injustamente". Puedes participar de la misma, escribiéndole al presidente de Pakistan, Asif Ali Zardari, pidiéndole sea indultada de los cargos injustamente imputados: haciendo clic aquí




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viernes, 3 de diciembre de 2010

Hacktivismo. Por Miguel Á. Bastenier

El hacktivismo o actividad de los hackers para informar al público de todo aquello que los Gobiernos no quieren que se sepa, se está convirtiendo en el movimiento contracultural del siglo XXI. No es tanto que vuelvan los años sesenta, como que una forma de sentir las relaciones del ciudadano con la cosa pública de raíz profundamente anglosajona, ha encontrado en las nuevas tecnologías su forma de expresión. En el fenómeno creado por la oleada de revelaciones del movimiento Wikileaks, que dirige el escurridizo australiano Julian Assange -primero sobre las guerras de Afganistán e Irak, y esta semana sobre la diplomacia planetaria de EE UU- hay que distinguir dos realidades: el material informativo en sí mismo, y la propiedad política y moral de esa exposición.

Es perfectamente comprensible que el departamento de Estado norteamericano haya puesto el grito en el cielo y que su titular, Hillary Clinton, dijera que así no hay forma de conducir una política exterior. La contradicción reside en que los intereses de su Gobierno -de cualquier Gobierno- no coinciden con los de la opinión universal, que siempre tiene derecho a saber, igual que los medios -entre ellos este periódico- lo tienen de proceder a la publicación haciendo el expurgo de lo que pudiera afectar a la seguridad de Estados o personas. Las revelaciones se dividen a su vez en lo que es una grosera e indecente interferencia -que a nadie debe sorprender- en los asuntos de otro país, como han sido en España las presiones sobre jueces, empresarios y políticos, y la frecuente caracterización peyorativa de los personajes con los que esa diplomacia ha de tratar, lo que aún menos debería llamar la atención. El jefe de Gobierno ruso Putin y su presidente Medvédev, vistos como Batman y Robin, y el primero como el macho alfa de su tribu son hasta pequeñas trouvailles para la historia del sarcasmo universal. Y en medio de todo ello, que el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, le parezca a un funcionario norteamericano, la mayor parte de cuya vida ha transcurrido dentro de los límites del más puro neoliberalismo, "un izquierdista trasnochado", además de inevitable resulta hasta medio elogioso. Lo que no se sabía, se adivinaba, aunque hoy suene deplorable al conocerlo verbatim.

Pero ¿cuál es la plataforma de pensamiento sobre la que opera Wikileaks? Assange dio a conocer ya en los años noventa su credo de sumo sacerdote del hacktivismo: libre acceso a la información, que pertenece enteramente al dominio público; desconfianza profunda de toda autoridad constituida, y defensa de una descentralización extrema en la conducción de los asuntos políticos. Es decir, anglosajonismo en estado puro. Cuando la policía británica aparece sin armas vestida de azul, no es porque se confíe en la humanidad intrínseca de la delincuencia local, sino porque se recelaría del comportamiento de esa autoridad dotada de tan agresivos medios de coacción. De igual forma, recorre transversalmente la política norteamericana una corriente ácrata, de origen protestante puritano, lejanamente basada en el libre examen de la Biblia, furibundamente reivindicadora de los derechos individuales, que se expresa con frecuencia al nivel de poder más próximo al ciudadano como es la administración local. A diferencia del anarquismo español o italiano de los años veinte y treinta del siglo pasado, que llegaba a ser violentamente revolucionario, este sentimiento se ancla muy cómodamente en la derecha. Una de las personalidades más visibles del movimiento del Tea Party, Ron Paul, es un anarquista conservador, aislacionista en política internacional y partidario de la cuasi desaparición del Estado. Por ello, Assange, cualquiera que sea su religión o ideología -si las tiene-, no es un hacktivista de derecha o de izquierda, sino un ciudadano en rebelión contra las instituciones.

Esa cualidad de guerrillero o francotirador informático no excluye, sin embargo, que el fundador de Wikileaks haya tomado considerables precauciones por si alguna de las agencias norteamericanas ofendidas por lo que se ha publicado -y lo que falta aún por publicar- decide tomarse la justicia por su mano. Y para ello ha dejado debidamente codificado un paquete de nuevas revelaciones de 1,4 gigabites, equivalente a varias veces el volumen de los 250.000 documentos del Departamento de Estado, que está preparado para su detonación si llegara el momento. Tenemos Wikileaks, con o sin Julian Assange, para rato.




Fuente: ElPais.com
Autor: Miguel Á. Bastenier, licenciado en Historia y Derecho de la Universidad de Barcelona y en Lengua y Literatura inglesa de la Universidad de Cambridge. Graduado en periodismo de la Escuela Oficial de Madrid y experto en temas de política internacional. Actualmente es el subdirector de Relaciones Internacionales del diario El País de España, donde trabaja desde 1982, así como es profesor de la maestría de Reporterismo y Géneros Periodísticos en la Escuela de Periodismo del diario español, fundada en 1988. E investigador y Maestro Consejero de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Ha publicado numerosos artículos en la prensa europea (Libération, Le Monde, The European, Le Point, Le Soir, The Irish Times) y en la mayoría de los periódicos más importantes de América Latina: El Espectador y Semana (Colombia), Folha de Sao Paulo (Brasil), Público (México), Búsqueda (Uruguay) entre otros. En 2001 publicó El Blanco Móvil (Editorial Aguilar-El País 2001), en 1999 publicó La Guerra de Siempre (Editorial Península), en 2002 Israel-Palestina: La Casa de la Guerra, y en 2010 ‘Cómo escribir un periódico’. También ha dirigido varios libros colectivos, entre ellos Grandes Protagonistas del siglo XX (2000).
Fotografia: TIME magazine cover, Dec 13, 2010





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