domingo, 28 de marzo de 2010

Informe Mundial 2010 / Human Rights Watch

Los abusadores atacan a los mensajeros de derechos humanos.

Los gobiernos responsables de graves violaciones de los derechos humanos han intensificado durante el último año los ataques contra defensores de derechos humanos y las organizaciones que documentan los abusos, dijo Human Rights Watch hoy en la publicación de su Informe Mundial 2010.

El informe de 612 páginas, que constituye el vigésimo examen anual de la organización sobre las prácticas globales de derechos humanos, resume las tendencias principales de los derechos humanos en más de 90 naciones y territorios de todo el mundo, sobre la base del extenso trabajo de investigación realizado en 2009 por el personal de Human Rights Watch. El capítulo introductorio de esta edición, a cargo del director ejecutivo Kenneth Roth, argumenta que la capacidad del movimiento de derechos humanos para ejercer presión en representación de las víctimas ha crecido enormemente durante los últimos años, y que este desarrollo ha generado una reacción por parte de los gobiernos abusivos que se intensificó particularmente en 2009.

"Los ataques contra defensores de los derechos pueden ser vistos como un homenaje perverso al movimiento de derechos humanos, pero eso no atenúa el peligro", señaló Roth. "Bajo diversos pretextos, los gobiernos abusivos están atacando las bases mismas del movimiento de derechos humanos".

Los ataques contra los observadores de derechos humanos no se limitan a los gobiernos autoritarios como Birmania y China, dijo Human Rights Watch. En los países con gobiernos electos que se enfrentan a insurgencias armadas ha habido un fuerte aumento de ataques armados contra los observadores de derechos humanos. Aunque el conflicto armado de Chechenia se ha atenuado, hubo una serie devastadora de asesinatos y amenazas contra abogados y activistas que luchan contra la impunidad en el Cáucaso septentrional.

Human Rights Watch señaló que algunos gobiernos son tan abusivos contra las personas y organizaciones que ningún movimiento nacional de derechos humanos puede funcionar, como es el caso de Eritrea, Corea del Norte y Turkmenistán.

La introducción del informe dice que además de Rusia y Sri Lanka, otros países donde observadores de derechos humanos fueron asesinados con el fin de silenciarlos incluyeron a Kenia, Burundi y Afganistán.

Human Rights Watch mencionó a Sudán y China como países que habitualmente clausuran a grupos de derechos humanos, y a Irán y Uzbekistán como países que hostigan abiertamente y detienen arbitrariamente a trabajadores de derechos humanos y a otros críticos. Colombia, Venezuela y Nicaragua amenazan y acosan a los defensores de derechos. Defensores de derechos humanos se enfrentan a la violencia en países como la República Democrática del Congo y Sri Lanka. Algunos gobiernos como el de Etiopía y Egipto utilizan leyes extremadamente restrictivas para debilitar la labor de las organizaciones no gubernamentales. Otros países utilizan la suspensión de las licencias profesionales de los abogados (China e Irán, por ejemplo), los cargos criminales - a menudo falsos derivados de ataques simulados (Uzbekistán y Turkmenistán), y las leyes penales sobre el libelo (Rusia y Azerbaiyán) para silenciar a los críticos.

Grupos locales e internacionales de derechos humanos que trabajan en Israel han experimentado un clima más hostil que nunca, después de documentar los abusos cometidos por Israel, así como por Hamas, durante los enfrentamientos de diciembre 2008 - enero 2009 en Gaza e Israel, y en relación con el bloqueo en curso de Israel sobre Gaza.

Roth dijo que la única manera en que los gobiernos abusivos terminarán su asalto contra los defensores de derechos es si los otros gobiernos que apoyan los derechos humanos convierten a los derechos una parte central de sus relaciones bilaterales.

"Los gobiernos que apoyan los derechos humanos necesitan levantar su voz, convertir el respeto a los derechos humanos en la base fundamental de su diplomacia - y de sus propias prácticas", señaló Roth. "Necesitan demandar un cambio real por parte de los gobiernos abusivos".

Roth dijo que el gobierno de Obama, en particular, enfrenta el desafío de restablecer la credibilidad de Estados Unidos en materia de derechos humanos. Hasta ahora, Roth afirmó, los resultados son mixtos, con una mejora notable en la retórica presidencial, pero una traducción incompleta de la retórica a la política y la práctica.

El Gobierno de Estados Unidos ha terminado el programa coercitivo de interrogación de la CIA, pero para cumplir con el derecho nacional e internacional contra la tortura aún necesita investigar y enjuiciar a aquellos que hayan ordenado, facilitado o llevado a cabo la tortura y otros malos tratos, agregó. Se venció el plazo para el cierre del centro de detención en Guantánamo, pero la cuestión más importante es cómo va a ser cerrado. Human Rights Watch y otros han instado al Gobierno ya sea a enjuiciar a los sospechosos detenidos ante los tribunales federales ordinarios, o de manera segura repatriarlos o reasentarlos en algún otro lugar. El gobierno de Obama ha insistido en mantener las comisiones militares que proporcionan una justicia deficiente y en continuar deteniendo a sospechosos por un tiempo indefinido sin cargos ni juicio, ambas situaciones conllevan el riesgo de perpetuar el espíritu de Guantánamo, dijo Roth.

Human Rights Watch también afirmó en la introducción de su informe que un nuevo sistema de justicia internacional, que incluye a la Corte Penal Internacional (CPI), ha sido el foco de ataque. El asalto se desarrolló después de que la Corte emitiera en marzo una orden de arresto contra el presidente de Sudán Omar al-Bashir por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad cometidos por las fuerzas sudanesas y las milicias aliadas en contra la población civil de Darfur.

Después de que la Corte emitió la orden, muchas democracias africanas eligieron inicialmente la comodidad de la solidaridad regional en lugar de tomar una posición de principios en apoyo a la justicia internacional, afirma la introducción del informe.

En lugar de aplaudir a la Corte Penal Internacional por tomar medidas para desagraviar el asesinato en masa y el desplazamiento forzado de tantos africanos en Darfur, la Unión Africana decidió en julio no cooperar con la ejecución de la orden de detención. Algunos de los dirigentes africanos fueron más allá al decidir proteger a Bashir en lugar de a las víctimas de los abusos de Darfur.

La investigación de Human Rights Watch durante el año pasado abarcó una amplia gama de abusos en prácticamente todas las regiones del mundo.

Un ensayo adicional del informe, titulado "Maltrato a los pacientes", describe las políticas de salud gubernamentales que someten a los pacientes a la tortura o a malos tratos, y el fracaso de las sociedades médicas nacionales e internacionales en evitar la complicidad de los proveedor de servicios médicos en esos abusos. El ensayo se basó en la investigación de Human Rights Watch en Egipto, Libia, Jordania, Kurdistán iraquí, China, Camboya, India y Nicaragua.

En muchos países, Human Rights Watch documentó las violaciones de los derechos humanos sufridas por mujeres y niñas, incluidas las relacionadas con el embarazo, el parto, y el papel de las mujeres como cuidadoras y proveedoras. Por ejemplo, la mortalidad materna evitable y la discapacidad como consecuencia de las políticas y leyes negligentes matan y mutilan a más mujeres al año que el impacto los conflictos armados, señaló Human Rights Watch.

En Irán, Human Rights Watch investigó la continua represión gubernamental de activistas pacíficos después de la disputada elección presidencial de junio de 2009. Human Rights Watch documentó la detención de miles de personas ordinarias y de alto perfil, proporcionando cuentas detalladas de la violencia estatal contra los manifestantes pacíficos, la detención arbitraria de defensores de derechos humanos, y el abuso y la tortura en centros de detención ilegales de Irán.

En China, además de su labor constante de documentar el acoso y encarcelamiento de defensores de derechos humanos, Human Rights Watch publicó un informe en el que se describe la operación secreta de "cárceles negras", donde las autoridades detienen a personas que secuestran de las calles de Beijing y otras grandes las ciudades. La mayoría de los detenidos son peticionarios que buscan reparación por abusos que van desde la corrupción del Gobierno hasta la tortura policial.

En Cuba, Human Rights Watch documentó cómo el gobierno de Raúl Castro, en vez de desmantelar el aparato represivo de los años de Fidel Castro, lo ha mantenido firmemente en su lugar, conservando a decenas de presos políticos detenidos y arrestando a docenas de disidentes.

En Zimbabue, los investigadores continuaron la supervisión y documentación de las violaciones de los derechos por el partido del ex presidente Robert Mugabe contra sus socios y partidarios en un Gobierno de coalición. Human Rights Watch también documentó tácticas brutales del Ejército y la Policía en los campos de diamantes de Marange para controlar el acceso a los campos y hacerse cargo de la extracción y el comercio de diamantes sin licencia.

Un informe sobre Birmania documenta los casos de docenas de activistas políticos prominentes, monjes budistas, activistas sindicales, periodistas y artistas detenidos desde las protestas políticas pacíficas de 2007 y condenados a penas draconianas después de juicios injustos.

En Gaza e Israel, Human Rights Watch documentó violaciones de las leyes de la guerra tanto por Israel como por Hamas. El asalto militar de Israel en Gaza hace un año incluyó el uso ilegal de municiones de fósforo blanco, el asesinato de civiles con misiles lanzados por aviones teledirigidos, y los disparos contra civiles que agitaban banderas blancas. Hamas y otros grupos armados palestinos lanzaron cohetes en centros de población israelí, y Hamas mató a presuntos colaboradores y maltrató a opositores políticos durante la guerra.

En Libia, Human Rights Watch publicó un informe crítico del Gobierno en una conferencia de prensa en Trípoli. El evento fue la primera conferencia de prensa abierta en Libia. El informe señala que aunque algunas mejoras limitadas se encuentran en curso, las cuales incluyen un espacio más amplio para la libertad de expresión, las leyes represivas continúan sofocando a la libertad de expresión y de asociación, y los abusos de la agencia de Seguridad Interna siguen siendo la norma.

En la República Democrática del Congo, Human Rights Watch documentó el asesinato deliberado de más de 1,400 civiles, un patrón de violaciones atroces, y otros abusos cometidos por fuerzas gubernamentales y rebeldes durante las dos sucesivas operaciones del Ejército congoleño contra una milicia hutu de Ruanda, en el este del país. Human Rights Watch también informó de graves deficiencias en la operación de mantenimiento de la paz de la ONU en el Congo que limitan su capacidad para proteger eficazmente a los civiles.

En Guinea, Human Rights Watch elaboró un informe detallado sobre los asesinatos, agresiones sexuales y otros abusos en un mitin de la oposición en la capital, cometidos principalmente por miembros del cuerpo élite de la Guardia Presidencial. La evidencia sugiere que los ataques fueron planeados de antemano y alcanzaron la categoría de crímenes contra la humanidad.

Human Rights Watch dijo que a pesar del crecimiento del movimiento de derechos humanos, los defensores de derechos humanos siguen siendo vulnerables y necesitan grandemente el apoyo de los gobiernos que respetan los derechos. "Los gobiernos que se consideran defensores de los derechos humanos suelen guardar silencio frente a estos abusos por parte de aliados, argumentando prioridades diplomáticas o económicas", señaló Roth. "Pero ese silencio los hace cómplices en los abusos. La única respuesta adecuada a las violaciones graves de los derechos humanos es ejercer presión sobre los autores".


- Informe Mundial 2010 / Documento integro en español o en english



Fuente: Human Rights Watch

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domingo, 14 de marzo de 2010

EE.UU. vive "rabia en la derecha": aumentan 244% los grupos racistas

Los grupos extremistas denominados patriotas “han atizado odio sobre el tema de la inmigración, los problemas en la economía y contra una variedad de iniciativas del presidente Obama”.

En el último año, el primero de gestión del presidente Barack Obama, aumentaron en 244 por ciento los grupos extremistas de derecha en Estados Unidos, advirtió hoy el Centro Legal Sureño para la Pobreza (Southern Poverty Law Center), especializado en el tema.

El director del centro, Morris Dees, informó en un comunicado que los grupos potencialmente violentos, en su mayoría racistas y opuestos al gobierno estadounidense, suman ahora 1.753 (comparar con el anterior informe, leyendo "Aumenta la intolerancia racial en EE.UU").

El total incluye a agrupaciones nazis, neonazis, autodenominados patriotas, skinheads, milicias y en general supremacistas blancas, que integran personas que suponen que el tono más claro en la piel es sinónimo de superioridad.

"Las cifras son alarmantes y estamos profundamente preocupados por lo que pudiera suceder en nuestro país", declaró Dees.

Advirtió que los grupos extremistas denominados patriotas "han atizado odio sobre el tema de la inmigración, los problemas en la economía y contra una variedad de iniciativas del presidente Obama".

De acuerdo con un reporte de inteligencia de ese centro, la mayoría de las organizaciones extremistas de derecha, 932, son grupos declarados antiinmigrantes y tienen una ideología "extremista nativista".

Dijo que "ya hay señales de resurgimiento de la violencia radical derechista, como la que vimos en la década de los años noventas". Un total de seis oficiales de distintas corporaciones policíacas han muerto en enfrentamientos con extremistas de derecha desde que el presidente Obama asumió la presidencia.

Dees advirtió también que en el último año distintas autoridades estadunidenses detuvieron a extremistas vinculados con explosivos y a "skinheads" (cabezas rapadas) acusados de confabular para atentar contra el presidente Obama.*


EE.UU. vive "rabia en la derecha"

En EE.UU. la insatisfacción contra el gobierno parece ir en crecimiento. No es un tema de popularidad coyuntural, sino un fenómeno más profundo que afecta no sólo al presidente de turno o al Congreso, sino a toda la institucionalidad y a la clase política que la opera, sea de derecha o de izquierda.

Para muestra podría servir el último mes. A principios de marzo un hombre, aparentemente desquiciado, disparó a las puertas del Pentágono en Washington. Cayó mortalmente abatido, pero hirió a dos guardias.

Dos semanas antes un piloto estrelló su avioneta contra el edificio de la oficina de impuestos en Austin, Texas. Un empleado de la oficina murió en el incendio que se generó posteriormente.

A principios de febrero grupos nacionalistas y de derecha opuestos al "establishment" estadounidense que se identifican con la etiqueta del Tea Party se reunieron en Tennesse para su primera convención nacional.

Aunque los dos primeros casos pueden ser calificados como manifestaciones de la locura cotidiana, dejaron mensajes expresando rencor hacia el gobierno, una tendencia que algunos ven que toma forma en movimientos como el Tea Party, pero también en grupos más radicales y potencialmente violentos.

"Rabia de la derecha"

De acuerdo con un reciente estudio del Centro Legal para la Pobreza Sureña (SPLC, por sus siglas en inglés, Southern Poverty Law Center), "la derecha radical cogió fuego" en el 2009, en la misma medida que avanzaba la crisis económica, se repartían las impopulares ayudas a banqueros o empresas y se profundizaban los cambios demográficos en el país.

"Nunca había visto esto tan diseminado como lo está ahora", aseguró a BBC Mundo, Mark Potok, director del Proyecto de Inteligencia del SPLC, responsable del estudio titulado "La Rabia en la Derecha" (Rage on the Right, ver reporte) que resume reportes gubernamentales, policiales, datos de prensa y declaraciones oficiales de los grupos investigados.

"Es impresionante cuando observas el amplio rango de todo tipo de grupos radicales de derecha: antiinmigrante de línea dura, los grupos intolerantes, los autodefinidos como "patriotas" o milicias. Hemos visto algo así como un incremento del 40% en esos grupos"

El informe del SPLC identifica 1.750 grupos, que incluyen desde milicias supremacistas blancas, colectivos antiinmigrantes o activistas radicales afroamericanos, pero considera que "de lejos, la historia más dramática es la de los "patriotas antigubernamentales".

Los "nuevos patriotas"

Los "nuevos patriotas" son similares a las milicias de mediados de la década de los 90: grupos armados de autodefensa integrados por blancos anglosajones o de origen europeo que consideran que las tradiciones culturales y políticas del país están amenazadas por los afanes de control del gobierno.

Según el SPLC en 2009 los llamados "nuevos patriotas" crecieron un 244%, pasando de 142 a 512 grupos, 127 de ellos milicias armadas.

"Esto causa una gran preocupación porque gente vinculada al movimiento patriota en su momentos álgidos de mediados de los 90 generó mucha violencia", aseguró Potok, quien recordó que el atentado de Oklahoma en abril de 1995, que dejó 168 muertos, fue ejecutado por uno de esos "milicianos".

La preocupación es compartida en diferentes oficinas del gobierno estadounidense. Desde el Departamento de Justicia y el de Seguridad Interior, hasta la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y el Pentágono tienen equipos que supervisan la actuación de los grupos radicales.

En EE.UU. la primera enmienda de la Constitución garantiza una libertad de expresión casi absoluta bajo la que se amparan muchos activistas para diseminar sus mensajes, siempre que no promuevan discriminación o violencia hacia otros.

Sin embargo, es una garantía sacrosanta que hace difícil controlar a quienes se reúnen para "expresar sus opiniones", aunque a veces esas expresiones puedan ser consideradas "incitaciones". Se trata de una línea delgada que los juristas transitan con extremo cuidado.

Por restricciones legales, el gobierno estadounidense no puede limitar la actuación de esos colectivos por radicales que sean sus opiniones "hasta que no cometan acciones criminales", según dijo a BBC Mundo una fuente del Departamento de Justicia que sigue el fenómeno pero que no puede ser identificada por no estar autorizada a dar declaraciones.

Bajo vigilancia

Aunque el SPLC no recibe financiación del gobierno, la fuente dijo a BBC Mundo que sus reportes "tiene peso" y dentro del departamento de Justicia "son tomados en cuenta a la hora de analizar el fenómeno de los grupos radicales", aunque declinó comentar cuánta credibilidad pueden darle en otras dependencias que siguen el tema.

"No quiero pintar un cuadro en el que el país esté al borde de la destrucción. Eso sería una exageración" afirmó Mark Potok, quien aclaró que aunque hasta unas 300.000 personas puedan ser parte de estos movimientos, en términos relativos "no se trata de un porcentaje tan grande para un país de 300 millones de habitantes".

Pero muchos estadounidenses parecen estar perdiendo la paciencia con la forma de hacer política, de acuerdo con varios estudios de opinión que se han presentado en los últimos meses.

En uno realizado por la televisora NBC y el diario Wall Street Journal se afirma que sólo la cuarta parte de los consultados confía en el gobierno y que el 60% considera que el país está en declive.

Para muchos analistas esos números muestran una amplia base de descontento que abre la puerta no sólo a tendencias alternativas a republicanos o demócratas, sino a estos movimientos con agendas radicales.**



*Fuente: Milenio.com
**Fuente: BBC mundo
Autor: Carlos Chirinos / BBC Mundo, Washington

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lunes, 8 de marzo de 2010

Masacre en Nigeria: más de 500 cristianos asesinados a machetazos

La violencia religiosa en la ciudad de Jos, en el norte de Nigeria, se ha saldado con más de 500 muertos. Durante todo el fin de semana, los ataques de musulmanes de la etnia fulani contra los pastores y fieles cristianos de esta región han despertado los peores fantasmas del país. La cifra de víctimas es difícil de decir con exactitud.

La masacre tuvo lugar a menos de dos kilómetros de la residencia del gobernador del estado de Plateau, Jonah Jang. Los periodistas que han visitado la zona afirman haber visto cientos de cadáveres en las calles de las localidades atacadas por los fulani, en su mayoría de mujeres y niños. Pastores musulmanes de la etnia fulani, armados con revólveres, fusiles, metralletas y machetes, asaltaron las viviendas de las localidades de Dogo Na Hauwa, Ratsat y Jeji durante el pasado fin de semana matando a todos los que encontraban en ellas, principalmente mujeres y niños.

Un residente dijo a la agencia Reuters que los atacantes entraron en Dogo Nahawa con armas de fuego. "Empezaron a disparar al aire para sacar a la gente de sus casas y una vez fuera los iban cortando con los machetes". Jos se encuentra a caballo entre el norte, mayoritariamente musulmán, y las regiones cristianas del sur.

El Gobierno de Plateau ha anunciado un funeral colectivo de las víctimas, mientras que el presidente interino de Nigeria, Goodluck Jonathan, se ha reunido con las agencias de seguridad del estado y ha afirmado que sus efectivos se encuentran en alerta roja.

EL EJÉRCITO EN LA ZONA

"Aunque es demasiado pronto para afirmar por qué se ha reavivado la violencia, queremos informar a los nigerianos de que las fuerzas de seguridad tratan de controlar la situación", declaró a través de un comunicado el portavoz de Jonathan, Ima Niboro.

La matanza se produjo a pesar de que estaba impuesto un toque de queda en la zona desde las 6 de la tarde hasta las 6 de la mañana después de la violencia del pasado enero en Jos.

El Foro Cristiano de Consulta de Ancianos del Estado de Plateau ha acusado a los militares de la zona de haber sido cómplices de esta última matanza: "Avisamos a los militares de lo que estaba sucediendo, pero tardaron dos horas en reaccionar, cuando los musulmanes se habían ido".

"Queremos que los soldados expliquen los motivos de esta tardanza intencionada que consideramos arte del plan, y queremos que el Estado de Plateau sepa que ya no confiamos en el ejército de Nigeria ni en las agencias de seguridad, porque están en contra de los cristianos", afirmó la organización a través de un comunicado.

LAS CAUSAS

Se cree que el motivo de los enfrentamientos de la zona es la lucha por la explotación de terrenos de cultivo entre los cristianos y los animistas de una parte, y los pastores musulmanes fulani por otra. Se habla también de que fue la respuesta de los líderes musulmanes a los enfrentamientos religiosos de la zona del pasado enero que dejaron 326 muertos, lo que ellos consideraron como una acción organizada para asesinar musulmanes.

Mientras que la policía ha arrestado a 22 sospechosos, el líder espiritual de Jos, Gbong Gwom, que ha visitado el lugar de los hechos, ha declarado que "la situación es triste, inaceptable e inhumana".

Los conflictos que tienen como protagonistas a cristianos y musulmanes en Nigeria se han cobrado la vida de más de 12.000 personas desde 1999, cuando se implantó la "sharia", o ley islámica, en doce estados norteños del país.


Fuente: ProtestanteDigital.com
Fotografía: Los cadáveres de varios niños colocados en fila tras ser vícticmas de los enfrentamientos religiosos en la localidad de Dogo-Nahawa, cerca de Jos, centro de Nigeria, el 07 de marzo de 2010, en esta imagen facilitada hoy martes 9 de marzo de 2010 / EFE

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