viernes, 21 de agosto de 2009

Masacre de cristianos cuestiona de nuevo la ley de ofensa al Islam en Pakistán

La masacre protagonizada recientemente por una horda de musulmanes radicales en un barrio de la minoría cristiana de Pakistán, en venganza por la supuesta profanación de un Corán, ha reabierto el debate en el país acerca de la dura legislación por ofensas al Islam que lleva a reacciones fanáticas, desmedidas y salvajes como la producida recientemente.



En Gojra, ciudad en el interior de la provincia nororiental de Punjab, donde el sábado pasado se registraron los disturbios y aún hoy se está de luto oficial, se palpa la tensión, continúan las protestas y las fuerzas de seguridad patrullan el barrio cristiano, cuyos habitantes intentan recuperar las pertenencias que no fueron pasto de las llamas.

En los laterales de los edificios a lo largo de la calle principal se amontonan escombros, muebles destrozados, ventiladores, motores, alambres y utensilios varios que han quedado inservibles, mientras algunas mujeres conversan sentadas sobre esterillas en el suelo.

Al entrar en las viviendas todo está calcinado, las ennegrecidas paredes presentan numerosos pegotes blancos de manchas de ácido y el abrasador calor de casi cincuenta grados contribuye a que las habitaciones desprendan un hedor que se incrusta en las fosas nasales ya desde varios metros de distancia.

"Llegaron cientos de personas, estaban armadas y la mayoría tenían todo el rostro cubierto, sólo se podían ver sus ojos, como los talibanes. Lanzaron botellas con un producto químico. Huimos como pudimos", relató a Efe Viktor, de 40 años, quien perdió a su esposa y hermana, abrasadas vivas por el incendio de su vivienda.

Al menos siete personas fallecieron durante el ataque, cinco de ellas calcinadas y dos por disparos, y una veintena resultaron heridas, dos de las cuales murieron recientemente a consecuencia de las quemaduras, según datos facilitados a Efe por las autoridades.

Los atacantes incendiaron casi un centenar de viviendas y desvalijaron y destruyeron muchas otras, con la excusa de que días antes fieles cristianos habían profanado un Corán durante una boda en una población vecina, aunque las primeras investigaciones desmienten esa versión.

LA MUERTE POR OFENDER AL ISLAM

Los disturbios de Gojra han hecho sonar las alarmas sobre la protección de las minorías en Pakistán, donde más del 96 por ciento de la población es musulmana y está en vigor una estricta legislación que prevé la cadena perpetua por la profanación del Corán y la pena de muerte por difamar al profeta Mahoma.

"La ley contra la blasfemia es una desgracia para Pakistán y tenemos que librarnos de ella", afirmó el gobernador provincial, Salman Taseer, durante una visita a la zona, por la que ya se han pasado varios ministros tanto provinciales como federales.

Entre ellos está el ministro de Minorías, el cristiano Shahbaz Bhatti, a quien el presidente, Asif Alí Zardari, le ha pedido que se quede en Gojra unos días, hasta que se calmen los ánimos.

Por el momento, el Parlamento nacional ha aprobado una resolución de condena, se ha abierto una investigación judicial y las autoridades han prometido indemnizaciones para los afectados así como la reconstrucción de sus viviendas.

Pero los cristianos, que representan menos del dos por ciento de la población del país, se muestran escépticos y muchos de ellos no dudaron en recordar la discriminación de que son objeto en un país en el que los disturbios religiosos más frecuentes afectan a los seguidores de las sectas suní y chií, dentro del Islam.

"Tenemos miedo y esperamos que los hechos lleven al Gobierno a aumentar la protección de las minorías y a esclarecer todo lo que sucedió", expuso a Efe el párroco local Shafique, que llevaba un brazalete negro en recuerdo de las víctimas.


Fuente: ProtestanteDigital.com / Efe

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lunes, 17 de agosto de 2009

Cristianos paquistaníes, el pueblo crucificado

Las paredes con burbujas negras en la recámara de la familia Hameed hablan de un crimen indescriptible. Siete miembros murieron el sábado, seis de ellos quemados, sólo por ser cristianos.

La familia se había apiñado en la recámara, hablaba en susurros, con la espalda presionada contra la puerta, mientras una turba los insultaba.

"Decían: 'Si salen, los matamos''', dijo Ikhlaq Hameed, de 22 años, quien escapó. Entre los muertos hay dos niños, Musa, de seis años, y Umaya, de 13.

El ataque en esta ciudad pobre del centro de Pakistán --la culminación de varios días de disturbios por la acusación de que se había profanado un Corán-- muestra cuán precaria es la vida para la pequeña minoría cristiana en Pakistán.

Quemaron y saquearon más de 100 casas de cristianos el sábado pasado en disturbios que duraron ocho horas, provocados por una turba que según estimaron las autoridades fue de unas 20,000 personas. Además de los siete miembros de la familia Hameed que murieron, resultaron heridas alrededor de 20 personas.

Las autoridades, que dijeron que la acusación sobre el Corán era falaz, presentaron cargos penales ya tarde el domingo y aprehendieron a por lo menos 12 personas. Funcionarios explicaron que el Sipah-e-Sohaba, un grupo extremista chiita proscrito, está entre los responsables de los ataques, la tercera convulsión violenta de turbas anticristianas en la región en las últimas cuatro semanas.

Es frecuente que se trate a los cristianos, que representan menos de cinco por ciento de la población, como ciudadanos de segunda clase en Pakistán, donde el islam es la religión oficial. De hecho, está constitucionalmente prohibido que un no musulmán sea presidente o primer ministro.

LOS MAS POBRES

Mientras que algunos cristianos ascienden para ser funcionarios gubernamentales o administrar negocios, los más pobres trabajan en los peores empleos del país, limpiando escusados y barriendo calles.

Era la clase más pobre la que vivía en la Colonia Cristiana, un pequeño enclave de casas de ladrillo descubierto, donde la turba atacó el sábado. Sus habitantes trabajan como jornaleros y vendedores en el mercado, y es frecuente que ganen mucho menos del salario mínimo de $75 mensuales.

Los Hameed estaban desayunando cuando la turba les cayó encima, blandiendo armas, lanzando piedras y gritando insultos ("¡Perros!'', "¡Agentes estadounidenses!'') por la ventana. Al parecer, el ataque no era particularmente contra los Hameed, sino que tuvieron la desventura de vivir por donde entró la turba y estaban en la casa en ese momento.

Cuando el abuelo Hameed Pannun Khan de 75 años, pintor de casas, abrió la puerta para ver lo que estaba pasando, le dispararon en la sien y cayó al suelo. Entonces, la turba entró a empujones, y el resto de la familia --al menos 10 personas-- huyó a la habitación del fondo y cerró la puerta por dentro. Escucharon cómo la turba saqueaba la casa arrastrando un refrigerador y un armario.

Después, apareció el humo, columnas gruesas y blancas, por debajo de la puerta. "Todo el mundo gritaba para escapar", narró Umer Hameed, de 18 años. "No había oxígeno".

Esperaron todo lo que pudieron, hasta que pensaron que era seguro, y entonces corrieron, pero no todos pudieron salir. Tres mujeres, los dos niños y un hombre quedaron atrapados cuando se derrumbó el techo.

Mientras corría, Ikhlaq Hameed miraba hacia atrás y vio a su tía. "Trató de salir pero la atrapó el fuego'', contó. "Tenía llamas en la cara''.

FALSA ACUSACIÓN

El alboroto comenzó el 22 de julio en un pueblo cercano, cuando se acusó a unos cristianos en una boda de quemar un Corán. Pocos en esta ciudad creyeron eso, y funcionarios estatales y federales que examinaron el caso dijeron que era una falsedad. No obstante, los mulás locales aprovecharon la noticia y presentaron una denuncia por blasfemia en contra de la familia.

Se ha criticado a la ley de la blasfemia en Pakistán por ser demasiado general, y muchos expertos en derecho dicen que se ha hecho muy mal uso de ella desde que el dictador militar, general Muhammad Zia ul-Haq, la introdujo en la década de los años 80. Cualquiera puede levantar cargos, lo que con frecuencia se usa para agitar el odio y justificar la violencia sectaria.

"La ley de la blasfemia se está usando para aterrorizar a las minorías en Pakistán'', dijo Shahbaz Bhatti, el ministro de asuntos de las minorías de Pakistán, en una entrevista en Gojra el domingo pasado.

Los atacantes en esta ciudad dejaron un rastro de quemazón y destrucción a su paso. La casa de los Hameed era un cascarón chamuscado, en el cuarto central había un montón de fierros retorcidos: ventiladores, bicicletas, juguetes de niños y una jaula que había albergado pericos. La cocina estaba vacía, excepto por una tetera y un diccionario de inglés medio quemado y abierto en la palabra "inmoral''.

Los cristianos de esta ciudad protestaron todo el domingo pasado, bloqueando las calles y negándose a enterrar a los Hameed hasta que las autoridades levantaran los cargos penales. Ya tarde el domingo, las autoridades lo hicieron, y se enterraron los cuerpos. Eso fue poco alivio para los Hameed.

"Ahora ya no tenemos nada'', dijo Ikhlaq, con ampollas en la mano y el brazo. "Nuestra familia. Nuestra casa. Ya no queremos seguir viviendo aquí''.


Fuente: ElNuevoHerald.com / Miami Herald
Autor: Abrina Tavernise /TNYT Gojra, Pakistán (Con la colaboración de Waqar Gillani)

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martes, 4 de agosto de 2009

Siete cristianos mueren quemados por musulmanes en Pakistán

Los autores del incendio son un grupo de musulmanes que protestaban por la supuesta profanación de el Corán
Siete cristianos han muerto abrasados y otras 18 personas han resultado heridas durante el incendio de unas 50 viviendas y una iglesia ("75 viviendas y 2 iglesias" según AsiaNews.it) a manos de una multitud de musulmanes que protestaban por la supuesta profanación de un Corán en la región del Punjab, en el noreste de Pakistán, país que cuenta con un 2% de su población cristiana, según ha denunciado en un comunicado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.

El suceso tuvo lugar ayer por la tarde en la ciudad de Gojra, que vive la violencia religiosa desde el pasado jueves, día en el que, según los musulmanes, varios cristianos quemaron un Corán. La mayor parte de los actos violentos, según cita una cadena de televisión pakistaní, han sido cometidos por jóvenes con las caras cubiertas con pañuelos. Tras la supuesta quema de el Corán el jueves, ayer algunos simpatizantes de los partidos musulmanes se reunieron en la plaza de Malkanwala, desde donde cientos de personas se dirigieron a una zona residencial poblada por cristianos. Al menos 10 personas resultaron heridas por disparos y pedradas de los vecinos, lo que llevó más tarde a los manifestantes a entrar en la colonia, incendiar unas 50 viviendas y bloquear el tráfico durante varias horas.

La mayoría de los residentes de la colonia han logrado escapar y ponerse a salvo, pero al menos siete personas quedaron atrapadas en sus casas por las llamas y fallecieron abrasadas.

La policía empleó gases lacrimógenos para dispersar a la multitud y varios funcionarios acudieron poco después al lugar para convencer a los líderes religiosos que encabezaban las protestas de que pusieran fin a los altercados.

La comunidad cristiana de la cuidad ha anunciado que no se hará cargo de los cadáveres ni los enterrarán hasta que el jefe del Gobierno provincial de Punjab, Shahbaz Sharif, visite la zona y garantice la seguridad de sus vidas y propiedades. El primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, ha ordenado abrir una investigación para determinar si realmente se ha producido la profanación de el Corán que ha dado lugar a los altercados.*

Fuerzas de seguridad patrullan zona de violencia religiosa contra cristianos

Miembros de las fuerzas de seguridad paquistaníes patrullan hoy la ciudad nororiental de Gojra, que fue escenario ayer de un brote de violencia religiosa durante el que murieron siete cristianos por el incendio de sus casas.

Según informó el canal televisivo Geo Tv, un portavoz oficial aseguró que la situación está ya bajo control y que mejorará aún más, pese a que los cristianos llevaron hoy los cadáveres por las calles para pedir el arresto de los responsables.

Los disturbios ocurrieron este sábado por la tarde en la ciudad punjabí de Gojra, que había sido objeto de la violencia religiosa desde el jueves, día en el que, según los musulmanes, varios cristianos profanaron un Corán.

"Algunos musulmanes locales acusaron a Talib Masih, Mujtar Masih e Imran Masih de quemar el Corán. Los acusados lo negaron vehementemente, pero una multitud de musulmanes enfadados liderados por predicadores quemaron varias casas de cristianos", denunció en un comunicado la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán.

Durante los disturbios, más de 50 casas de cristianos y una iglesia fueron incendiadas por una multitud que se reunió en la plaza de Malkanwala y luego marchó hacia la zona de la ciudad habitada por los cristianos.

Los agresores prendieron fuego a varias viviendas y, aunque la mayoría de los residentes lograron escapar, al menos siete personas fallecieron abrasadas en los incendios.
En vista de lo sucedido, el presidente del país, Asif Alí Zardari, ordenó hoy al Ministro de Minorías, Shahbaz Bhatti, que se desplace a la zona para contribuir a la normalización de la situación, según un comunicado presidencial.

Zardari aprovechó para realizar un llamamiento a la concordia, pero mostró su preocupación por las víctimas de la violencia y por las "señales equivocadas que (los acontecimientos) envían sobre el país a la comunidad internacional", según la nota.

Los disturbios son ya objeto de una investigación judicial, lo cual, a juicio de Zardari, "dará algo de confort a las víctimas" y servirá para llevar a los culpables a la justicia.

Por el momento, la Policía ha registrado una denuncia contra diecisiete personas identificadas y otras 783 no identificadas bajo la acusación de asesinatos, intentos de asesinato y terrorismo, tras su supuesta participación en los disturbios.

Y además, las fuerzas de seguridad han arrestado a un centenar de personas por los hechos, dijo el ministro de Justicia, Rana Salaullah, en declaraciones al canal televisivo Geo Tv.

El jefe del gobierno de la región del Punjab, Shahbaz Sharif, ha anunciado una ayuda de 500.000 rupias (unos 6.000 dólares) para cada familia de los fallecidos.

Los cristianos componen menos del 2 por ciento de la población de Pakistán, un país mayoritariamente musulmán donde la profanación del Corán puede acarrear la pena de muerte.

Los disturbios religiosos no son infrecuentes en Pakistán, aunque por lo general enfrentan a los seguidores de las sectas suní y chii, dentro del Islam.**


Fuente*: El País.com
Fuente**: ADN.es
Fotografía: Un cristiano contempla los destrozos causados por el fuego en su vivienda en Gojra, en el Punjab. Reuters / El País.com

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lunes, 3 de agosto de 2009

Adventistas y Judíos no podrán ser despedidos por guardar el sábado en Colombia

La Corte Constitucional de Colombia sentenció que los trabajadores que tienen como mandamiento no trabajar los sábados, por pertenecer a la iglesia judía o adventista, no pueden ser despedidos de sus trabajos y que se estaría vulnerando la libertad religiosa.

Explica la Corte que, si bien las empresas tienen la autonomía de estipular sus horarios, cuando se dan estas situaciones, el empleador y el trabajador deben llegar a un acuerdo para remplazar el tiempo no laborado el sábado.

El alto tribunal se pronunció al conocer el caso del señor Salomón Mattos Mejía, quien laboró para la Clínica del Prado, que le respeto su condición de adventista por un año pero luego su horario fue modificado para cumplir turnos el día sábado, a lo que el trabajador se negó.

Con ponencia del magistrado Jorge Pretelt, se encontró plenamente demostrado que el señor Salomón Mattos Mejía fue despedido en razón de su imposibilidad para acudir los sábados a trabajar por sus creencias religiosas, y por tanto, su derecho a la libertad religiosa fue gravemente afectado.

“Observa la Sala que toda facultad legal debe ejercerse respetando los derechos fundamentales contenidos en nuestra Carta. De la misma manera, el artículo 23 del Código Sustantivo del Trabajo señala que en desarrollo del elemento de la subordinación que origina el contrato laboral no puede afectarse el honor, la dignidad y los derechos del trabajador en concordancia con los tratados o convenios internacionales que sobre derechos humanos relativos a la materia obliguen al país”, señala la sentencia.

Dice la Corte además que es por ello que la decisión es desproporcionada, puesto que mediante el ejercicio de una facultad legal que encuentra su límite en el respeto a los derechos fundamentales y demás garantías constitucionales, se afecta de manera grave la libertad religiosa de una persona, en aras de ejercer un derecho que protege un interés relativamente menor y que puede ser alcanzado por otros medios.

La Corte Constitucional de Colombia, en su sentencia presenta la demanda como concedida, bajo la siguiente caratula:

"DERECHO A LA LIBERTAD DE CONCIENCIA Y DE CULTOS EVOCADO POR CIUDADANO QUE FUE DESVINCULADO DE LA EMPRESA DEMANDADA, DEBIDO A QUE, POR RAZONES RELIGIOSAS, NO LE ES APROBADO TRABAJAR LOS SABADOS.

LA CORTE RECALCO QUE EL DERECHO A LA LIBERTAD DE CONCIENCIA COMPORTA LA INEXISTENCIA DE COTO ALGUNO FRENTE AL DESARROLLO DE LAS CONVICCIONES Y CREENCIAS DE UNA PERSONA; Y QUE LA DE CULTOS ACARREA LA POSIBILIDAD DE QUE SE PROFESE Y DIFUNDA, DE FORMA ESPONTANEA, LA RELIGION QUE SE PREFIERA.

EN CONSONANCIA, LA JURISPRUDENCIA PATRIA, TOCADA POR LA SALA, HA ADMITIDO LA MANIFESTACION PUBLICA DE LAS EXPRESIONES PROPIAS DE ESTOS DERECHOS Y QUE LOS CONFLICTOS QUE SURJAN ENTRE LA LIBERTAD RELIGIOSA Y ALGUNOS DERECHOS PATRONALES DEBEN SER RESUELTOS BAJO EL PRINCIPIO DE MINIMIZACION DE LOS LIMITES A ESTA. EN ESTE SENTIDO SE ESTABLECIO QUE LA MEDIDA ACOGIDA NO ES NECESARIA PARA EL LOGRO DEL FIN PROPUESTO, Y POR TANTO, SE ORDENO A LA EMPRESA DEMANDADA REINTEGRAR AL ACTOR Y PERMITIRLE, ADEMAS, DISFRUTAR DEL ‘SABATH’.

CONCEDIDA"

Aquí puede encontrar completa la sentencia T- 327/09 del Corte Constitucional.


Fuente: Caracol Radio "Las empresas no pueden despedir a trabajadores judíos y adventistas que guardan el Sabbath" / Corte Constitucional de Colombia

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