martes, 16 de diciembre de 2008

Ojo por ojo en Irán

El integrismo religioso alimenta una justicia vengativa incluso contra menores.

El integrismo religioso que sustenta y modela al régimen iraní no sólo inspira un sistema penal vulnerador de derechos de la persona, como el castigo incluso con pena de muerte de las relaciones homosexuales, sino que alimenta una justicia vengativa que no perdona siquiera a los menores. En la actualidad, 150 adolescentes iraníes esperan en las cárceles la hora de su ejecución por ahorcamiento*. No sólo eso: en algunos casos, la pena de muerte, en sí misma repulsiva y más si se aplica a menores, responde exclusivamente al deseo de venganza de la familia de la víctima del que el Estado se convierte en receptor y brazo ejecutor.

El fracaso de los intentos reformistas ha venido a consolidar a los elementos más clericales y fanáticos del régimen de los ayatolás renuentes a cumplir la Convención de Derechos Civiles y Políticos y la Convención de Derechos del Niño, ratificadas por el Estado iraní. ¿Cómo se compagina comprometerse internacionalmente a respetar esas convenciones y, de otro lado, no hacer nada o incluso amparar prácticas derivadas de la sharía o ley islámica, que otorgan a la víctima o familiares el derecho de vengarse con un castigo equivalente al delito o daño recibido, incluido el ajusticiamiento de menores? Resulta hipócrita esperar a que el menor alcance la mayoría de edad para ejecutar la sentencia, como si ello le despojara de la crueldad propia de una justicia regida por el bárbaro ojo por ojo de la ley del talión. Como lo es defender que la homosexualidad no se castiga, sino sólo su práctica. Es el pretexto cínicamente invocado por las autoridades de Teherán ante la crítica y la presión de los organismos internacionales.

Desgraciadamente, esa crítica y esa presión encuentran puntos débiles en las propias sociedades democráticas de Occidente de donde parten. También en estas sociedades existen sectores sociales que, en nombre o representación de las víctimas del delito, propugnan una especie de justicia privada de la que el Estado sea mero avalista y ejecutor. Y resulta verdaderamente escandaloso que el Vaticano se oponga a la propuesta de despenalización universal de la homosexualidad que Sarkozy se apresta a presentar en la ONU, haciendo causa común en este punto con Estados islámicos, incluido Irán, que castigan su práctica con la pena de muerte. Aunque no tengan las mismas consecuencias, los integrismos comparten intransigencia**.

Fuente: ElPaís.com / Editorial
Fotografía: Mahmoud Asgari y Ayaz Marhoni, adolescentes iraníes ejecutados en julio de 2005.
* Ver "Ser homosexual en el país de Ahmadineyad"
** Nota: Ojo Adventista al reproducir esta nota no siempre estará de acuerdo parcial o totalmente con la opinión vertida, pero cree importante compartirla con todo ustedes. Editor

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miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Declaración Universal de Derechos Humanos en imágenes


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60 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos... y aún vigente

El francés Stéphane Hessel asegura que sería "una idea estúpida" cambiar la Declaración Universal de Derechos Humanos que él contribuyó a redactar hace 60 años, ya que a su juicio tiene total vigencia.

"La Declaración fue un programa que no se ha alcanzado hasta ahora", le dijo a BBC Mundo Hessel durante una entrevista en su apartamento de París.

A sus 91 años, este ex diplomático francés ha presenciado de cerca varios momentos clave del siglo XX, bien desde los despachos de gobierno o durante la Segunda Guerra Mundial.

Este miércoles, Hessel sumó un nuevo renglón a su historia al recibir el premio UNESCO-Bilbao para la Promoción de una Cultura de Derechos Humanos, justo seis décadas después que la Organización de Naciones Unidas (ONU) votara aquel texto histórico.

"Valores básicos"

"Fue el momento más importante después de la Segunda Guerra Mundial", opina Hessel sobre la adopción del documento en el Palacio de Chaillot de la capital francesa.

Su participación en la redacción del texto se debió a que había sido reclutado por el secretario general adjunto de la ONU, Henri Laugier, como miembro del grupo de 18 juristas encargados de sacar adelante la Declaración.

Acababa de salvar su pellejo al escaparse durante un traslado de presos de los campos de concentración de Buchenwald y Dora, a donde había sido deportado por los nazis por su vinculación con la resistencia francesa.

Hessel sostiene que la Declaración representó la emergencia de "los valores básicos" del mundo tras la Segunda Guerra Mundial, plasmados en un texto de 30 artículos.

"Presión"

Nacido en Alemania en 1917 y emigrado a Francia junto con su madre, Hessel cree que "los valores de la Declaración todavía son los valores humanos básicos más importantes".

"Pero 60 años después surgen nuevos problemas" y "los derechos humanos no son efectivos en todos los países", advierte.

Agrega que "en años recientes muchos de ellos han sido gravemente violados, a veces por los países más importantes como Estados Unidos o Israel, país este último que nació al mismo tiempo que la Declaración".

Pero Hessel se congratula de que haya "miles de defensores de los derechos humanos y organizaciones" que los apoyan. Y apunta que su tarea es poner "suficiente presión en los gobiernos que son reticentes a aceptar sus responsabilidades".

Él mismo estuvo involucrado en esa batalla de presiones hasta este año, cuando reclamó al gobierno francés que cumpliera con el artículo 25 de la Declaración y solucionara el problema de las personas sin techo.

"Nuevos problemas"

En conversación con BBC Mundo, Hessel aseguró que el cambio climático y el terrorismo son algunos de los nuevos desafíos que enfrenta el documento ahora, pero negó que hubiera que modificar ni una sola coma del texto.

"Por supuesto que no. Esa es una idea estúpida. La declaración está ahí y no va a ser cambiada. Está ahí y es útil", replica.

"Los nuevos problemas que han surgido deben ser enfrentados, no con un cambio en la declaración sino en los acuerdos hechos en Naciones Unidas por los estados miembro", añade.

Como ejemplos propone la creación de "una verdadera organización mundial para el medio ambiente y otra para combatir el terrorismo".

Fuente: BBC mundo
Entrevista: Gerardo Lissardy, corresponsal en París
Fotografia: BBC mundo

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